miércoles, 11 de agosto de 2010

Descubrir a Jesus!

Hace unos días estuve hablando con un amigo, y sus ideas sobre Jesús hicieron estallar una conmoción en mi espíritu, y un pensamiento que me había atormentado en el pasado retorno a la vida. La cuestión que nos ocupa es:
¿Qué se necesita para descubrir a Jesús? Sabemos que nadie puede venir a él a menos que sea atraído por el padre (Juan 6:44), pero incluso después de haber sido atraídas a él, muchas personas bien intencionadas se pierden en sus entendimientos, al permitir que las corrientes de pensamientos mundanos y las religiones dominen sus conceptos del Rey de Reyes.
Incluso los más conocedores de los hombres tienden a caer en patrones religiosos cuando vienen a Jesús para la salvación, y la Biblia nos proporciona una evidencia abrumadora de la repugnancia y el rechazo que el Señor tiene contra la religión, no tanto contra las personas religiosas, sino contra las consecuencias destructivas de sus prácticas.
En mi constante deriva a través de Internet pude confirmar durante el fin de semana que no quedan muchas personas en el mundo que no hayan en una u otra manera oído hablar del Señor Jesucristo, y aunque hay muchas ideas erróneas en torno a su persona, la mayoría de las religiones parecen estar de acuerdo en que El es un hombre enviado por Dios. Incluso las más radicales de las religiones paganas le dan a Jesús un lugar entre los grandes profetas.
Sin embargo, entender su verdadero significado como hombre y como hijo de Dios está reservado sólo para aquellos que han sido iluminados por el Espíritu Santo, para aquellos a quienes Dios ha atraído a él. Sin embargo, entre estos, muchos caen en el error, de seguir las tendencias y prácticas religiosas, que en muchos casos tienden a convertir a Jesús en sólo uno más de los dioses paganos.
Si nos enfocamos en su humanidad, aprendemos de la Biblia que el Señor Jesucristo es tan humano como cualquiera de nosotros, cien por ciento de carne y hueso. El Sentía dolor, alegría, tristeza, ira, pena, desilusión, compasión, amor, hambre, sed, cansancio. La Biblia registra tres tentaciones por las cuales Jesús tuvo que pasar antes del inicio de su ministerio, yo sospecho que hubieron muchas otras tentaciones las cuales simplemente no fueron registradas, sin embargo las tres tentaciones registradas cubren las tres motivaciones que conducen al hombre al pecado; los deseos de la carne, la concupiscencia de los ojos y la vanagloria de la vida.
Por otro lado, con respecto a su deidad, la Biblia nos enseña que Jesús es Dios en la carne, el hijo del Dios vivo, la palabra hecha carne, quien fue desde el principio, quien vino del cielo y regresó al cielo
Pero entender la humanidad de Jesús y su divinidad es sólo importante en términos de saber de donde él vino y lo que representa, no obstante, aunque esta información nos da un conocimiento intelectual de su personalidad, no nos da la clave para desbloquear los secretos de sus maneras extraordinarias, ni la inteligencia espiritual para comprender nuestra interdependencia con Cristo y la sustancia de nuestra salvación y la realización intrínseca de la encarnación de Cristo en nosotros.
Para realmente poder descubrir a Jesús, es necesario que vayamos más allá de nuestra carne y huesos, es absolutamente necesario que erradiquemos nuestra limitada mentalidad y establezcamos nuestros patrones de pensamiento directamente en el cielo, en las cosas de Dios. Dios nos ha dado todas las herramientas que necesitamos para conectarnos con él y para aprovechar esa fuente interminable de conocimiento y sabiduría y entendimiento escondidos en Cristo.
Pero para recibir ese golpe de iluminación que se abrirá las compuertas de la percepción espiritual, del entendimiento infinito, tenemos que purificar nuestra alma, desconectarnos totalmente de las cosas del mundo y sumergirnos en el Espíritu de Dios.
Sin embargo, sólo mediante la oración incesante y dedicación a la palabra podemos realmente remover esa mascara que el mundo ha puesto encima de sus malos caminos, y hasta que se esa máscara sea removida no seremos capaces de ver la horrible verdad de las cosas que constantemente nos enamoran, y que nos alimentan sin cesar con sus mensajes seductores acerca de las diversas maneras de suplir gratificación instantánea a la carne. Estos mensajes putrefactos están llegando desde todas las direcciones, desde todos los puntos a donde nos tornamos, aunque estos no mencionan las consecuencias oscuras que vienen atadas a seguir esos caminos.
Hasta que aprendemos a ver el veneno oculto en la vida mundana y nos hacemos inmunes a él, hasta que aprendemos a interactuar con él mundo sin ser infectados por sus nefastas influencias, no podemos vivir una vida verdaderamente victoriosa, no podemos verdaderamente descubrir a Jesús. E insisto, sólo la verdadera dedicación a la oración y la comunión y la adoración cumplirá esta misión por nosotros.
Porque así como nos acercamos a Él, el Señor abrirá nuevas puertas en su reino, las cuales nunca hemos visto, El añadirá nuevas frases y nuevos sentidos a su palabra totalmente nuevos para nosotros, El nos mostrara nuevos niveles de entendimiento que están ocultos a simple vista, y cuando El hace esto, una nueva serie de sabores toca nuestro espíritu, y una nueva dimensión se añade a nuestro caminar, y un mayor sentido de empoderamiento en Cristo se hace disponible para nosotros, y nuestros sentidos expandidos, aprenden a ver las cosas que no eran visibles, y llegamos a sentir a Jesús, y vivir a Jesús, y este nuevo despertar nos es dado para que el mundo lo vea en nosotros, ya que irradiamos un nuevo fuego que antes había estado oculto en nosotros y que ahora está expuesto a la luz.
A medida que aprendemos a vivir la vida en el Espíritu de Dios, la dependencia de la carne en las cosas del mundo se disipa, pero esto sólo en la medida que la continuamos matando cada día con la espada del Espíritu que es la palabra de Dios
Este podría convertirse en un largo discurso; hay suficiente material sobre este tema para escribir un grueso libro, sin embargo nuestro propósito es desafiar el espíritu de aquellos que ya conocen a Cristo, y despertar el espíritu de aquellos que aun no lo conocen.
Así es que te reto a que mires mucho más de cerca, y permitas que la verdad sea expuesta, a medida que descubres al hombre más grande que alguna vez ha estado y siempre estará en la tierra, mientras aprendes a conectar tu espíritu al Espíritu de la estrella de la mañana, el Alfa y el omega, el Hijo del Dios Viviente.

Que el Pastor de las ovejas te sigua guiando a su redil!

Rev. José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús

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