martes, 22 de marzo de 2011

El Espiritu de Verdad!

Mientras Jesús se preparaba para su partida, hizo a los discípulos una promesa trascendental, la promesa de que nos enviaría un consejero el cual estaría con nosotros para siempre. Él lo llama el Espíritu de Verdad. (Juan 14:16-17) Este es el Espíritu Santo, el mismo que cubrió a Jesús en su bautismo, el mismo Espíritu Santo que se movía sobre las aguas en el momento de la Creación, el mismo Espíritu que, como había prometido Jesús, vino a los discípulos en el día de Pentecostés y transformo sus temores en audacia.
El Espíritu Santo es el ejecutor, el es quien lleva a cabo las políticas y regulaciones del Dios trino,
Aunque la Biblia nos enseña las indistinguibles marcas que separan al Padre, Hijo y Espíritu Santo, la identidad del Espíritu Santo no es tan obvia como la del padre y del Hijo.
Porque Dios es omnipresente y omnisciente, y su gobierno providencial del universo lo ejecuta a través del Espíritu Santo.
La Biblia nos enseña que somos "Nacidos del Espíritu" (Juan 3:5-7), somos "santificados por el Espíritu" (2 Tesalonicenses 2:13) y recibimos dones como determinado por el Espíritu (1 Corintios 12:7 - 11), y todos somos bautizados por un mismo Espíritu.
Ahora bien, pretender entender la forma en que el Dios trino opera a través del Espíritu sería una tontería. Por un lado se nos enseña que Dios es uno, pero desde el principio de la creación la pluralidad de Dios se ve en acción cuando Dios habla Su creación (Jesús) y el Espíritu de Dios flota sobre las aguas.
Por otra parte, el Espíritu Santo no es tan claramente identificado como el padre y el hijo, porque él es llamado "el Espíritu de Dios" "el Espíritu de Cristo" y muchos otros nombres, y sus características son a la vez personal e impersonal. Por ejemplo, la Biblia nos enseña a orar a Dios e incluso a Jesús, pero no al Espíritu Santo, sino orar en el Espíritu (Efesios 6:18), o a través el Espíritu (Judas 20). La Biblia nos enseña a adorar a Dios, y a Jesús, pero no a adorar al Espíritu Santo, pero a la adoración "por el Espíritu de Dios (Filipenses 3:3).
Sin embargo, a pesar de que en muchas ocasiones la identidad del espíritu no es del todo clara, todas las referencias al Espíritu Santo por parte de Jesús y los apóstoles son siempre como una persona.
Por ejemplo, en Juan 16:13 Jesús habla del Espíritu de Verdad, sin embargo se refiere a Él, como persona y no como una cosa. Y aunque la palabra griega para espíritu es neuma, que es un género neutro, la referencia griega misma no lo identifica como un resultado neutro, sino como una persona, él o de él.
Y al mirar más detenidamente nos daremos cuenta de que en todas las referencias ni Jesús ni los apóstoles se refieren al espíritu sin una referencia a Dios el Padre o al Cristo.
"Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros "(Juan 14:17 b-18)
La persona del Espíritu Santo es distinto de Jesús y es al mismo tiempo Jesús. En otras palabras, Cristo mora en nosotros a través del espíritu. (Colosenses 1:27)
Jesús les dice a los discípulos: "Si alguno me ama, obedecerá mi enseñanza. Mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él: (Juan 14:23). Por lo tanto, es por el Espíritu Santo que estamos en Cristo y Cristo está en nosotros.
Romanos 8:9 nos da el ejemplo perfecto de esta dualidad, ya que dice que no somos controlados por la carne, sino por el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en nosotros. Y cualquier persona que no tiene el Espíritu de Cristo no pertenece a Cristo.
Y va aun más allá al decir que si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos dará también vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. (V. 11)
Estos bellos pasajes nos dan una idea clara de la obra de Cristo Jesús y de Dios el Padre en nosotros por medio y a través del Espíritu Santo., Pues donde el Espíritu Santo está, allí están también el padre y el hijo.
Por el Espíritu Santo, oramos al padre, y estamos en Cristo, y Cristo y el Padre está en nosotros. El Espíritu Santo nos convence, nos aconseja, nos guía, nos enseña y revela a Cristo en nosotros, somos bendecidos por el Espíritu, llenos del Espíritu, caminamos en el Espíritu, y somos dotados por el Espíritu de Cristo. En esencia, el Espíritu Santo es Aquel en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser (Hechos 17:28).
La experiencia de la vida que vivimos en Dios, la vivimos por el Espíritu de Dios, el Espíritu de Cristo, el Espíritu de Verdad, el Espíritu que hace realidad nuestro caminar en Cristo, que da a cada cristiano aquella sensación de seguridad, de alegría, Aquel entendimiento sobrenatural de que más allá de todas las circunstancias, servimos a un Dios vivo, que ha prometido que nunca nos dejará ni nos abandonará.
El Espíritu de verdad es el portador de la verdad, y el que hace realidad en nuestro presente la gloria futura en la presencia del Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Que el Espíritu Santo te de la Facultad de conocer toda la verdad!

José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús

martes, 1 de marzo de 2011

Guarda el Buen Deposito que te ha sido Confiado!

En su carta a Timoteo, Pablo le está pidiendo proteger el buen depósito que le ha sido encomendado.
Guarda el buen depósito que se te ha confiado, guárdalo con la ayuda del Espíritu Santo que vive en nosotros. (2 Timoteo 1:14)
Pero, ¿qué es este depósito al que Pablo se refiere? ¿Cuál es su relevancia, su importancia? y ¿cómo le beneficia a Timoteo el prestar atención a todo esto?
Por un lado encontramos en 2 Corintios 1:22 que Dios ha puesto su Espíritu en nuestros corazones como una garantía de lo que está por venir. Y si buscamos en el idioma griego el significado de la palabra traducida como depósito, nos encontramos con que también se traduce como prenda o garantía. La palabra "arrabon" denota una obligación, una promesa de pago. Es un término legal utilizado cuando alguien da un anticipo o un pago inicial de una compra. En griego moderno la palabra "Arrabona" se utiliza para un anillo de compromiso, y ¿que otro símbolo podría ser más apropiado?, la promesa de lo que vendrá es sellada con un anillo de compromiso, una promesa de matrimonio, que es irrompible, un compromiso que se sella con la sangre de Cristo Jesús para aquellos que están dispuestos a beber de su copa.
Pero, en este versículo en particular, Pablo nos está hablando de algo más, porque Timoteo debe utilizar la ayuda del Espíritu Santo para proteger lo que le ha sido encomendado.
Estudiar las muchas traducciones y comentarios sobre este tema en particular le daría a cualquiera un dolor de cabeza, pues existe una amplia diversidad de opiniones en cuanto al significado y el propósito de este versículo.
Sin embargo, en el contexto del versículo en este capítulo podemos extraer que, aunque Pablo está animando a Timoteo a permanecer fiel a los dones que se le han confiado, y a seguir alimentando su hambre por el desarrollo de estos dones, Pablo se centra en destacar la importancia de mantener la sana doctrina, la cual él la ha enseñado, pues Timoteo debe dedicarse a la enseñanza y la predicación como lo hizo Pablo, aun a riesgo de muerte.
Ese secreto maravilloso el cual por la gracia de Dios nos ha sido revelado, el Evangelio de la salvación por medio de la fe en Cristo, la esperanza de la vida eterna. Este es el valioso tesoro que Timoteo debe valorar y enseñar y transferir a los demás.
En (1 Pedro 1:10-12) nos encontramos con que en el Antiguo Testamento los profetas anhelaban poder discernir el significado de lo que les había sido revelado, lo cual es Cristo en nosotros. E incluso los ángeles buscaban en vano entender este secreto. Pues esta era una especial revelación la cual había de ser confiada solamente a nosotros, La Iglesia de Jesucristo.,
Este es hoy un secreto a voces, el cual está disponible para cualquiera que desee aceptarlo. Charles Spurgeon solía decir: "Un poco de fe llevará a tu alma al cielo, pero una gran fe traerá el cielo a tu alma." Y esa es la revelación más maravillosa que pueda existir, que a través de la fe en Cristo, la gloria de los cielos ha sido depositada sobre nuestra alma y nos ha vestido con la eternidad desde ahora y por los siglos de los siglos.
Y el desafío de Timoteo no fue sólo el guardar y proteger y sellar en su corazón, con la ayuda del Espíritu Santo, esta revelación maravillosa, pero como se le había confiado a él, el debía confiársela a otras personas.
Pablo le instruye en 1 Timoteo 2:2, "Y las cosas que has oído de mí en presencia de muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que también estén capacitados para enseñar a otros". Pues este podía ser un secreto no más, a partir de ahora todo el mundo necesita conocer la buena nueva, que el diablo es un mentiroso y un ladrón y que se ha propuesto robarse el alma de cualquier persona que se lo permita, y para llevar a cabo esta tarea, el ha decorado el mundo con falsos placeres que apelan a los deseos de la carne, e incluso la iglesia ha caído en esta trampa, hasta el punto de que muchas iglesias se han desviado totalmente de la verdad del Evangelio por el placer de los deseos frívolos.
Pero nosotros somos los hombres y mujeres de confianza los cuales Pablo instruyó a Timoteo a enseñar, y a encomendar la verdad del evangelio, y estamos llamados a continuar con este legado, a avivar el fuego del don de Dios que está en nosotros por el poder del Espíritu Santo, y a incrustar la lanza de la verdad a través del corazón de Satanás, a través de afianzarnos en la fidelidad y la lealtad a Dios, y guardar sus mandamientos, y a través de pasar esta enseñanza a tantos otros hombres y mujeres como podamos, y a confiarles a ellos esta maravillosa verdad para que ellos puedan confiársela a los demás,
Porque un día toda rodilla se doblará en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre (Filipenses 2:10-11) y es nuestra responsabilidad, siendo guiados por el Señor, alcanzar a las naciones, y traer tantas almas como Dios nos permita al conocimiento de esta verdad, la cual es Cristo en nosotros.
Pues se nos ha dado un sello, un depósito como garantía de las cosas gloriosas por venir. Y en ese día queremos escuchar su voz diciéndonos "bien hecho siervo fiel.
Que la gracia de Dios continúe siendo un testimonio en tu vida!

Rev. José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús