Recuerdo los días en que los anuncios comerciales de productos paras niños eran dirigidos hacia los padres, hoy en día los anuncios comerciales de productos para adultos se dirigen a sus hijos.
Mi esposa y yo tuvimos una pequeña discusión hace un par de noches, sobre una nueva película de Disney la cual nuestra hija insistía en querer ver. Yo personalmente no veo nada perjudicial en la película en sí, y esa era la impresión equivocada de mi esposa, y la razón que ella pensó que yo tenía para corregir a mi niña.
Por el contrario, la única razón por la que no permitimos la televisión por cable en nuestro hogar y por la cual estoy restringiendo aún más el acceso a Internet, es porque miles de millones de dólares son invertidos cada año por los gigantes corporativos para crear formas atractivas y persuasivas para convencer al público de comprar sus productos, y ahora más que nunca, una gran parte de estos miles de millones de dólares se dirigen hacia la creación de artimañas para atraer a los niños, anuncios extravagantes que dejan a los niños babeando por sus productos. Incluso muchos de los anuncios de productos para adultos como coches y teléfonos celulares y líneas aéreas, y muchos otros, son hoy día enfocados a los niños. Y esta es una estrategia sutil basada en el hecho de que los niños ejercen una gran influencia en las decisiones de compra tomadas por los padres.
Mi hija vio un anuncio de una nueva película de Disney en la televisión, y en pocos minutos estaba en busca de ese anuncio en la Web para verlo una y otra vez, su pequeño cerebro, obviamente, enganchado en la idea de la fantasía creada a través de este comercial.
Al fin he tenido que corregir e incluso disciplinar a mi hija por su agresiva persistencia en que la lleváramos al teatro a ver esa película; no por la película en si pero por sus maneras impulsivas.
Recuerdo los días en que de niño vi por primera vez un anuncio de cigarrillos, recuerdo las vallas de publicidad de una marca popular de entonces con un vaquero sobre un caballo, y pensé que era genial, me encantaba ver películas del oeste y este comercial en la televisión al estilo del oeste, me hizo conectar con el. Me gustaba ver este comercial y, eventualmente estaba yo imitando el estilo de este vaquero.
Como resultado de ese comercial la venta de esta marca se disparo por los cielos en aquellos tiempos, y esto la hizo la marca más popular en todo el mundo. Y si alguna vez traté de experimentar con el cigarrillo en mi juventud fue a causa de ese anuncio. Yo quería ser macho como el vaquero.
Hoy, después de que millones de personas han muerto de enfermedades relacionadas con el fumar, incluyendo el famoso hombre en el caballo, que murió de cáncer de pulmón en sus cuarenta y tantos años, el mundo en gran parte ha aprendido la lección. Sin embargo, al permitir que estos sistemas de publicidad manipuladora penetren en el ámbito de nuestros hogares, estamos inculcando conductas adictivas a nuestros hijos a través de los anuncios comerciales.
No podemos esperar otra cosa de un mundo caído, donde el egoísmo y el orgullo son la regla, pero nosotros, una generación escogida, un reino de sacerdotes y una nación separada para Dios, tenemos la obligación como padres y como ciudadanos del Reino de Dios, de mantenernos al margen de estos absurdos, y de aislar a nuestros niños del daño que representa este veneno, aislarlos mediante la enseñanza y la orientación, y a través de exponerlos a la verdad continuamente; para que crezcan conscientes de esta dura realidad.
No necesitamos defender nuestra posición, aunque muchos en el mundo nos llamaran proteccionistas o fanáticos o muchos otros peyorativos, sólo tenemos que mostrar el resultado de la educación moderna a través de los titulares de las noticias actuales.
Hace apenas cincuenta años, había poca preocupación en permitir que nuestros niños vieran los programas presentados en la televisión, o dejarlos ir solos al cine con sus amigos.
Hoy día, en la mayoría de los países del mundo, se necesitan grandes barras de acero en las puertas y ventanas de nuestros hogares, las escuelas prescriben preservativos y anticonceptivos a nuestros hijos a la edad de doce años, y el lenguaje soez y de contenido sexual son parte de la programación de la televisión en horas tempranas de la tarde.
No seamos atraídos por la sabiduría de este mundo, la cual de acuerdo con las escrituras, es tontería para Dios.
No podemos olvidar que vivimos en esta sociedad, pero podemos educar a nuestros hijos para salvarlos de sus consecuencias, enseñándoles a ver la realidad de una sociedad corrupta, de un tiempo en que el libertinaje y lujuria han tomado lo mejor de la ciudadanía.
Si vamos a cumplir con los mandamientos de Jesús, y si entendemos que esto es parte de la profecía, y que estamos viviendo los tiempos de Sodoma, entonces, vamos a ponernos la armadura de Dios. Quitémonos de las cosas de este mundo, y pongámonos los frutos del espíritu, pero al mismo tiempo, seamos inocentes como palomas, pero astutos como serpientes (Mateo 10:16); porque los días se hacen más cortos y las noches se hacen más largas mientras nos acercamos al día del Señor, y sólo aquellos que puedan soportar los vientos de los tiempos lograran llegar a la meta final.
Bendiciones
Rev. José Antonio Luna
Siervo de Cristo Jesús
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