domingo, 5 de diciembre de 2010

La Plenitud de los Tiempos!

Antes de terminar de escribir esta oración cuatro nuevos niños se habran convertido en huérfanos en algún lugar del mundo, y veinte y seis nuevos huérfanos que se han hecho adultos han sido enviados a las calles sin ningún lugar a donde ir, simplemente porque él o ella es ahora un hombre o una mujer.
Actualmente existen más de ciento cuarenta y tres millones (143 millones) de niños huérfanos en el mundo, y más de dos millones se agregan cada año sólo en África.
De esos niños, menos de doscientos cincuenta mil son adoptados cada año, el resto saldrá del sistema con una enorme probabilidad de convertirse en un criminal o una prostituta.
Solo en Ucrania y Rusia, de 10 a 15 por ciento de todos los huérfanos van a cometer el suicidio antes de la edad de dieciocho años, el sesenta por ciento de las niñas serán empujadas a la prostitución y el setenta por ciento de los niños se convertirán en criminales. En América del Norte, los números no son menos desalentadores.
Millones de estas chicas y muchos de los chicos terminan como esclavos sexuales en algún lugar del mundo,
estadísticas tristes en realidad, y nuestra impotencia es evidente, Pues los poderes del mundo prestan poca atención o ninguna con relación a este horrendo tema, y las fuerzas del mal en el mundo han creado un mercado en torno a esta lamentable situación.
Hubo un niño hace más de dos mil años que nació en un pesebre, dentro de un establo, un niño cuya madre y padre fueron encargados de cuidarlo, por la gracia de Dios que ve todos los niños como suyos, porque son suyos. Y este niño nació, entre otras razones, para que Dios pudiera experimentar por si mismo la niñez, y el significado de ser una persona humana.
La Biblia nos dice en el libro de Gálatas:
Pero cuando la plenitud de los tiempos se había cumplido, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos la filiación adoptiva. Y por cuanto sois hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo en nuestros corazones, clamando: "¡Abba, Padre!" Así que usted ya no es un esclavo, sino hijo, y si hijo, también heredero por voluntad de Dios.
¿Y qué es esta plenitud de los tiempos mencionada en la Biblia?
La Biblia nos enseña de una hora de terminación, de cerrar un libro y abrir uno nuevo. Se nos está diciendo que con el nacimiento del Señor Jesucristo lo viejo ha pasado, y un nuevo comienzo está a la vista. Pablo nos está diciendo que la vieja manera de hacer las cosas ha cesado, no más sacrificios, no más templos físicos, no más caminar grandes distancias a un centro de culto para la adoración y los sacrificios y las ofrendas. Pero lo más importante:
Se nos ha ofrecido a todos la opción de recibir la adopción como hijos, porque todos somos hijos, pero la raíz del mal, que fue plantada en el jardín del Edén, nos ha separado de Dios, y hemos perdido el derecho de llamarlo padre. Hemos sido alienados de su gracia; Esta es la razón por la cual debían hacerse todos aquellos sacrificios y debían llevarse a cabo aquellas ceremonias y ritos, con los cuales de alguna manera los Israelitas podrían, a través de la sangre de un animal ser expiados, cubiertos por un tiempo, y sus pecados ser perdonados, hasta la próxima vez.
Sin embargo, con la plenitud de los tiempos viene una nueva realidad, un nuevo comienzo.
Por lo tanto, si alguno está en Cristo, nueva criatura es. Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. Todo esto proviene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación (2 Corintios 5:17-18)
Y esto sucede cuando reconocemos el sacrificio de Jesucristo en la cruz, y con ello nos arrepentimos y renunciamos a nuestros pecados y recibimos la plenitud de su gracia.
Y es su gracia lo que ha hecho esta novedad tan especial, pues esta misma gracia es aplicada a todo aquel que cree, y esto incluye a aquellos Ciento cuarenta y tres millones de niños huérfanos en el mundo. Pues ellos no son realmente huérfanos, ellos tienen un padre, cuya gracia les invita a venir a Él tal como están, indigentes, solitarios, perdidos, del mismo modo que Él te ha llamado a ti y a mi, para que ya no estemos mas extraviados, para que nos encontremos en sus preciosos brazos, y que el nos llame hijos, y que nosotros le llamemos Padre.
Creo que este mensaje es importante para todos, pero también creo, que si cada uno de nosotros tomáramos sobre nosotros mismos el compromiso de adoptar a un niño huérfano, no necesariamente en la carne, sino en el espíritu, y si tomamos la iniciativa de encontrar una de esas organizaciones que promueven los niños huérfanos, y si optamos por elegir el ser amigos de uno de ellos, y enviar a él o ella una nota de vez en cuando, y por lo menos una postal de Navidad, sólo para recordarle que hubo una vez un niño que nació para ellos y que murió por ellos, y que el o ella tiene un padre eterno, muchos menos de esos niños terminarían en la oscuridad. Sólo hace falta un pequeño esfuerzo, multiplicado por ciento cuarenta y tres millones de almas, dispuestas a ponerse en contacto con alguien que lo necesita.
Yo no sé ustedes, pero yo lo voy a hacer, somos cuatro en nuestra familia, por lo cual encontraremos cuatro niños con quienes conectarnos y si bien no podemos adoptarles físicamente, vamos a adoptarles espiritualmente, y llevar a cada uno de ellos una nueva esperanza a sus corazones.
Porque hay una realidad, existe otro tiempo el cual esta siendo preparado en estos momentos y el cual traerá este tiempo a su plenitud, a su conclusión.
El libro de Efesios nos dice que Él nos predestinó para adopción como hijos por medio de Jesucristo según el beneplácito de su voluntad. También nos dice que Él desparrama su gracia sobre nosotros de acuerdo a su sabiduría y perspicacia. Y tenemos que derramar esta misma gracia sobre los demás para la gloria de su alabanza.
Porque por medio de Él es: "dado a conocer el misterio de su voluntad, conforme a su propósito, el cual se establece en Cristo como un plan para la plenitud de los tiempos, para unir a todas las cosas en él, las cosas en el cielo y las de la tierra. "Efesios 1:9-10.
Este tiempo de gracia está llegando a su fin, y una vez más, en la plenitud de los tiempos, el Señor llevará a cumplimiento su propósito en todas las cosas, y Él nos llevara a cuenta en cada uno de nuestros actos.
El trabajo de cada uno se hará manifiesto en el Día del juicio, pues va a ser revelado por el fuego y el fuego pondrá a prueba el tipo de trabajo que cada uno ha hecho. (1 Corintios 3:13)
Acepta el reto, vamos a hacer un mundo mejor, para la Gloria de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Ser bendecido.

Rev. José Antonio Luna
Un siervo de Cristo Jesús

paginas Web relacionadas (por si decides embarcarte en la adopción espiritual)
http://www.hopefororphansoftheworld.org/
http://www.habitatforhumanity.org/
http://www.hfgf.org/
http://www.casadesalvacion.com/

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