Este es nuestro primer domingo desde que salimos de Toronto, y parece como si cinco meses han pasado.
Como la mayoría de ustedes saben, por instrucción directa y clara de parte del Señor, pusimos nuestras pertenencias en siete maletas y nos trasladamos a Belice.
El mes anterior a nuestra mudanza, el cual la mayoría hubiera pensado que habría sido agitado, caótico tal vez, fue tan suave que incluso los que se burlaban y aun los incrédulos quedaron asombrados, al ver la mano de Dios intervenir en nuestro favor en cada acción necesaria para llevarnos a nuestro nuevo hogar.
Hoy estamos finalmente establecidos en la nueva casa hasta con muebles, y todo lo necesario. Por la gracia de Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, ahora estamos viviendo en una casa que por las normas norteamericanas se consideraría de clase media, una casa con muchas mejoras a nuestro hogar en Mississauga. Solo por el hecho de que le agradó a Dios favorecernos con este privilegio
Lo que lo hace todo mejor aún, es el hecho de que dentro de la casa tenemos un salón lo suficientemente grande como para Comenzar con la iglesia. Una sala que acomoda unas veinte a treinta personas, tenemos veinte sillas, tenemos un pulpito, tenemos un sistema de PA, tenemos música, tenemos la palabra de Dios, tenemos la oración, tenemos unas ganas sin precedentes, y tenemos programado iniciar hoy, esta mañana, nuestro primer servicio de la iglesia.
Esta tarde estaremos caminando por el barrio, visitando algunas casas, como embajadores del Señor Jesucristo que somos. presentándonos a los vecinos e invitándolos a participar con nosotros en la alegría gloriosa de adorar a Dios.
Nuestra primera semana en Belice, nos mantuvo ocupados, resolviendo la organización de la casa, todavía tenemos que lidiar con asuntos de inmigración, pero de aquí en adelante las cosas se ven mucho más fáciles.
Emocionados y llenos de entusiasmo como nos encontramos, estamos dando los pasos uno a la vez, escuchando con atención y procurando discernir la voluntad de Dios en todos estos eventos, ya que preferimos esperar que equivocarnos.
Sin embargo, el propósito de Dios esta muy claro, y podemos descansar y tener paz, mientras vemos sus pasos de gigante con los que nos mueve hacia adelante dejando sus huellas frente a nosotros
Una vez más le pido a cada uno de ustedes que continúen orando por nosotros, y por el propósito de Dios en esta tierra, porque cada día nos trae una nueva e impresionante experiencia de su extraordinaria grandeza.
María y yo y los niños de corazón les damos las gracias, por su gracia en habernos aceptado, y por su continuo apoyo espiritual.
Que el Dios de todas las maravillas continúe haciendo maravilloso cada segundo de sus vidas!
Rev. José A. Luna
Un siervo de Cristo Jesús
PD: Estoy enviando esta nota la noche del lunes, pues acabamos de recibir la bendición de que nos instalaran el Internet en la casa. Alabado sea el Nombre de Jehová!
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