Me senté en la cama con el ordenador abierto, y una mirada en blanco en mis ojos. No siendo capaz de poner dos palabras juntas, sin embargo, sabiendo de que era absolutamente necesario que yo escriba. Y yo oré con todas mis ganas. Sólo Tu mi Dios puedes hacer esto, porque esto es imposible para mí. No tengo ni la mas remota idea.
Quiero decirte que tu has hecho todo esto real. Y lo que es real es que estamos caminando en tierra Caribeña, y que no hay vuelta atrás. Así que esto es de vida o muerte. Y sabemos que tu eres tan accesible y tan dispuesto a darnos instrucciones, y esto es lo que más necesitamos, que nos conduzcas hacia la obra par la cual nos has traído a esta tierra!
Y, en medio de mis oraciones, cerré mi ordenador, y me quede dormido.
Entonces vi cuatro libretas de papel en blanco, dos pequeñas y dos grandes, no hay nada escrito en ellas, y ellos están de pie en la puerta. Y el Señor me dice que a pesar de que estamos aquí, nuestra jornada no ha comenzado aun. Estamos de pie en la puerta, pero nuestro trabajo todavía no ha comenzado, y es él quien va a escribir en estas libretas, es Él, quien con su justa mano derecha nos va a llevar a través de esta misión. Entonces Él nos da una escritura de Isaías 41: 9-10 "Yo te tomé de los confines de la tierra, de sus rincones más remotos te llamé. te dije: 'Tú eres mi siervo, yo te he escogido y no te he rechazado. Así que no temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”.
Esta mañana no ha cambiado mucho, pero el aire se siente más fresco, el cielo más azul, y el sol más brillante. Y es que cuando más lo necesitamos, el Señor está siempre ahí, listo para fortalecernos y darnos esperanza.
Sus palabras ponen en perspectiva los acontecimientos de las tres semanas ya hemos pasado aquí, y es que a pesar de que estamos agonizando, y luchando, queriendo hacer lo que hay que hacer, a pesar de que las ideas no paran de fluir, con formas de ayudar al Señor a hacer lo que Él nos ha traído aquí a hacer, Él está sonriendo, pues Él no nos ha dicho que Él necesita ayuda. Él no nos ha dicho que agonicemos o que seamos creativos, o que encontremos maneras para hacer su obra. Hasta ahora, Él nos dijo que vayamos y fuimos. Y en un tiempo récord, de una manera sobrenatural Él nos ha establecido aquí, y nos ha dado todo lo que necesitamos, y mucho más aun.
Y todavía queremos más, como Israel en el desierto, quejándonos y lamentándonos. Gracias Señor Jesús, porque vivimos en la dispensación de la gracia, y el Señor es compasivo y misericordioso, y amorosamente nos enseña que este es su plan y no el nuestro, que esta jornada es acerca de su gloria, y que somos meros siervos, simple vasos que Él ha preparado para la tarea a de ser realizada, y que en su momento Él hará, a través de nosotros, el trabajo que Él nos ha traído a hacer aquí.
Así que aquí estamos, viviendo en una tierra que está congelada en el tiempo, con carretas y caballos y mercados al aire libre, y comerciantes gritan sus mercancías en las calles. Y hay suficientes iglesias cristianas para satisfacer las necesidades de toda la tierra, y sin embargo la mayoría de ellas están vacías, y los principados que están en el momento acosando a la iglesia se ríen y se burlan, aunque no por mucho tiempo, pues la poderosa mano de Dios esta puesta sobre esta tierra, y la iglesia va a ser revivida, y tiempos de descanso están a punto de venir del Señor. Y así seguimos orando, y esperando...
y a ti te pedimos… ora con nosotros
Rev. José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús
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