El desafío de ser cristiano no está en nuestros esfuerzos para tratar de ser como Cristo, o en evitar el pecado o la superación de la tentación. No se trata de ser religiosamente dedicado a Dios, nuestro padre, y serle fiel, en la lectura de nuestra Biblia y la oración constante.
Nuestro verdadero reto en ser cristianos es llegar al entendimiento. Entendimiento, porque si realmente lográramos comprender, entonces todo lo anterior seria un actuar sin esfuerzo, por fe, y estas cosas no serían ni siquiera un pensamiento en nuestras mentes.
Sin embargo, dedicamos una muy significativa cantidad de tiempo tratando de ser como Cristo, tratando de ser buenos, tratando de ser obedientes, tratando de mantenernos en el buen camino. Incluso muchos cristianos dedicados, inconscientemente pasan mucho de su tiempo probándose y midiéndose ante un espejo, el cual está ahí para mostrarnos como deberíamos ser, la forma en que deberíamos actuar, no cómo debemos tratar de ser, y la palabra clave aquí es tratar.
¿Te tengo confundido todavía? no dejes e leer, porque esto se pone mejor.
La Biblia nos enseña que todos nuestros esfuerzos son como trapos de inmundicia a un Dios puro y sin mancha. (Isaías 64:6) y también nos dice que debemos ser santos de la forma en que nuestro Padre es santo (1 Pedro 1:15-16)
Y por cierto, es verdad que la Biblia nos llama a la buena conducta y a ser santificados, y cometer nuestros caminos al Señor. Y todos estos mandamientos parecen implicar una acción, algo que tenemos que hacer.
Mas la Biblia también nos muestra en Efesios 1:4 que Él nos eligió en Cristo antes de la creación del mundo para ser santos y sin manchas en su presencia.
Al echar un vistazo más de cerca a este versículo, vemos en primer lugar, que somos elegidos. Incluso antes de que hubiera otra cosa en todo el universo, Dios había decidido que nos separaría para Él, y no podía ser de otra manera, ya que si nos hubiese dejado la decisión a nosotros, nos habríamos rebelado y tornado todo el asunto en un pandemonio.
De hecho, debemos notar que Él no nos elige en nuestros propios méritos, pues las normas de Dios son simplemente demasiado altas y no hay nada en nosotros que no sería repugnante para un Dios perfecto, pero el Salmo 103:10 dice que él no nos trata como nuestros pecados merecen, ni nos paga según nuestras maldades. Por lo tanto, Él nos eligió en Cristo. En palabras muy simples, su abundante gracia se derramó sobre nosotros y la Sangre del Cordero que fue inmolado por los pecados del mundo marcó los postes de nuestras puertas, para que, a pesar de nuestros pecados pasados, El Señor nos pasara por encima. (Éxodo 12:12-13).
Sin embargo, la cláusula que nos concierne realmente, es la que sigue en el versículo 4 de Efesios 1; para ser santos y sin manchas en su presencia.
Y esta cláusula es importante pues a menudo es mal-interpretada o mal-representada, siendo leída como una orden y no como una afirmación.
Dios no nos está diciendo en esta cláusula, que debemos ser santos e inmaculados en su presencia, Él nos está diciendo que ya somos santos y sin mancha, que nuestra historia ha sido borrada, limpiada, que tan lejos como está el oriente del occidente , así mismo Él ha alejado de nosotros nuestros pecados, nuestras rebeliones (Salmo 103:12).
Por lo tanto, tenemos que renovar nuestro entendimiento sobre nuestra relación con Dios. Si hemos confesado nuestros pecados, si nos hemos arrepentido y nos hemos comprometido a caminar por la fe en Cristo Jesús, si hemos confesado con nuestra boca que Jesucristo es el Señor, y creemos en nuestro corazón que Él fue resucitado de entre los muertos, la Biblia nos enseña categóricamente en Romanos 10:9-10 que somos cristianos nacidos de nuevo y que Dios ha quitado nuestros pecados de nosotros, y ya no necesitamos preocuparnos de la perfección, porque ante los ojos de Dios ya somos perfectos.
Por supuesto, esta afirmación requiere una explicación.
Y aquí es donde muchas personas resbalan y caen. Si usted es un verdadero cristiano, el Espíritu Santo es quien obra en usted, Él es quien da la convicción, y la transformación a medida que usted aprende a caminar por la fe en Cristo, y es normal que muchos nuevos cristianos deben luchar con el pecado a medida que crecen. Pero debido a la obra del Espíritu Santo, en su vida, la Biblia nos enseña en 1 Juan 5:18 que toda persona nacida de Dios, no practica el pecado. Y los que siguen pecando a propósito podrán decir que son cristianos, pero no lo son.
Somos santos y sin mancha delante de Dios, y esto es porque el espíritu de Dios está constantemente trabajando en nosotros, porque hemos sido expiados, y la vida de Cristo está en nosotros, y esto, naturalmente, nos llevará a caminar en la palabra, a vivir en el espíritu, para ser santificados.
Algunos de nosotros somos más efectivos que otros en la vida cristiana, y gran parte de esto se refiere a cómo somos capaces de entender que no es haciendo cosas como esto se logra, sino por creer, por el entendimiento, por la asimilación de la importancia de la vida por la fe en Cristo. Entonces todo lo demás caerá en su lugar por su propia cuenta, entonces claramente podremos entender que ya hemos sido redimidos, que ante los ojos de Dios somos ya santos y sin mancha, y que nuestro esfuerzo debe centrarse en escuchar la voz de Dios y dejar que el espíritu nos guíe a la obediencia y a la comunión y el amor a Dios y al prójimo.
Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo, y que conozcan ese amor que sobrepasa todo conocimiento; y que puedan ser llenados en la medida de toda la plenitud de Dios. (Efesios 3:17 b-19)
usted puede tenerlo por seguro, usted es un hijo de Dios. Niéguese a permitir que las acusaciones del enemigo le toquen, y viva una vida fructífera.
Y si usted no está seguro, entonces lea Juan 3:16 y Romanos 10:9-10 otra vez, y no sólo eso, confiese, arrepiéntase, reciba y sea Salvo.
Con mis bendiciones, en el nombre de Cristo Jesús
Rev. José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús
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