Me han
dicho que de niño yo tenía mucho temor a la oscuridad, y que mis padres
sufrieron tremendamente durante los años que llevaba este temor, ya que pasaron
incontables noches tratando de consolarme, e incluso a veces se enojaron el uno
con el otro a causa este miedo que tenía yo.
También
recuerdo que despertaba muchas noches bañado en sudor y temblando de temor, o despertar
en un pánico cuando soñaba que caía a un profundo abismo oscuro que parecía no
tener fin.
La
psicología moderna, probablemente tiene un nombre elegante para esto, y es
posible que incluso haya una serie de medicamentos para ello. En los días de mi
infancia teníamos una manera más práctica para hacer frente a estos temores.
Sin embargo
la psicología moderna no tiene en cuenta el hecho de que vivimos en un mundo
espiritual que precede al natural, y que es causal en todos los efectos
naturales; además, la psicología moderna opta por ignorar el hecho de que
tenemos en nuestro ser un vacío del tamaño de Dios que, comprensiblemente, sólo
puede ser llenado por Dios, y que la mayoría, si no todas, las terapias y
estudios y experimentos modernos se reducen a tratar de resolver un problema
irresoluble, aparte de Dios. Pues la mayoría de las enfermedades o condiciones
mentales nacen de éste, sin dudas muy rechazada realidad, los seres humanos
necesitan a Dios, y todas las luchas y desafíos y sueños que tenemos para
llegar a la cima, para encontrar el verdadero amor o la paz o la felicidad, son
sólo un intento de llenar ese vacío dentro de nosotros, que sólo puede ser
llenado con Jesucristo, nuestro Señor.
La Biblia
nos dice que: No hay temor en el amor. Pero el amor perfecto expulsa el temor,
porque el temor lleva en sí castigo. El que teme no ha sido perfeccionado en el
amor. 1 Juan 4:18
Sin
embargo, el verdadero significado de este versículo se confunde a menudo, lo
que nos está diciendo es que si dejamos que el amor de Dios penetre en nuestra
vida, y si nos rendimos a su amor y le reciprocamos ese amor, con todo el corazón, entonces este vacío, el cual nos
impulsa a perseguir sueños irrealizables, tratando de encontrar la felicidad,
va a ser satisfecho, va a ser llenado, y entonces nos vamos a sentir completos.
Entonces
nos daremos cuenta del verdadero significado del amor y todos los temores serán
echados fuera, no habrá más dudas o interrogantes o esa sensación de vacío.
El temor es
una consecuencia de la inseguridad, de no saber, de la incertidumbre, de la
duda. Y este temor puede expresarse en rabia, la ira, la intimidación, los
celos, la posesividad, la impulsividad, la gula, tendencias adictivas, y así
sucesivamente, y sin embargo, la raíz de este temor es nuestro deseo de
satisfacer una necesidad espiritual esencial: la necesidad de Dios .
No entender
esta necesidad es lo que nos lleva a la persecución de la satisfacción a través
de tantos otros medios; y para cada individuo esta búsqueda se manifestará de
diferentes maneras, esta es la razón por la cual, muchas personas persiguen el lujo,
o la fama, o de alta educación, y aunque nada de esto es malo por sí mismo, la
búsqueda incontrolable y obsesiva de ellos lo es. Algunas personas se vuelven
alcohólicas, otros se convierten en depredadores sexuales, otros son
arrastrados por la codicia. Y muchas personas se mueven constantemente de un
experimento a otro, al no encontrar satisfacción en ninguno de ellos.
En esencia,
la búsqueda de la auto-realización mueve el mundo de hoy, es sólo que en su
mayoría, todo el mundo la persigue por la razón equivocada, para satisfacer una
necesidad que sólo puede ser satisfecha por Dios a través de Jesús. Y aunque
muchos se han dado cuenta de que espiritual es el camino a seguir, todavía se
estremecen ante la idea de que Jesús es la solución, pues admitir tal cosa
implicaría reconstruir todo su sistema, descartando su visión de la vida y debiendo
sustituirla por una nueva cosmovisión, sería como volver a nacer. Esto no presenta
ningún atractivo al mundo, les parece de mal gusto, incluso vergonzoso.
Esto
implicaría echar el orgullo a un lado y admitir que toda su vida se ha basado
en una mentira, de aquí que exista tal resistencia, tal oposición radical a los
mismos.
Les es
mucho más sencillo negar y denunciar el cristianismo como una religión
arbitraria e intolerante, llena de dogmas e imposiciones duras, es más fácil arremeter
en contra de Dios y Jesús, echarlo fuera de la escuela y el gobierno y el
hogar, y cerrar la puerta detrás de Él, pues vivir en la negación parece mucho
más divertido.
Sin
embargo, esto es a lo que se reduce, vivir en la negación, cerrando la puerta a
la posibilidad de que Jesús es la solución y la respuesta a todas nuestras interrogantes
Así que, experimentan
en las religiones orientales, o las prácticas de la nueva era, y flotan de un
intento a otro para encontrar una respuesta a su hambre espiritual. Y a medida
que pasa el tiempo, el miedo aumenta, y el vacío se siente más vacío, y algunos
caerán en la depresión o incluso se quitaran la vida. Algunos, sin embargo, deciden
abrir sus mentes a la luz de Jesús, y la gracia de Dios les visita, y
encuentran las bendiciones de la salvación, y la aparentemente elusiva
respuesta que habían rechazado durante tantos años se ve tan clara.
Y cuando
nos enamoramos de Dios, entonces podemos descubrir el amor que Dios tiene por
nosotros, el cual ha estado siempre allí, invitándonos a venir a Él. Y al exteriorizarse,
este amor comienza a afectar la vida de otros, que han estado luchando con las
mismas interrogantes. Y el temor desaparece, cuando el amor toma las riendas,
en Cristo Jesús.
José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús
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