Es otro día más de los muchos que el Señor ha reservado a mí, y mientras medito en mis idas y venidas, tengo que alabar su santo nombre, porque su gracia ha tocado la parte más profunda de mi alma y arrancado desde la raíz todo el mal que me acompañó a lo largo de mis días de tinieblas.
Parece imposible que un hombre miserable y corrupto como yo encontrara el camino a los pies de Jesús, y sin embargo, Él derramó su sangre redentora sobre mi vergonzosa vida, y la hizo brillante de nuevo, y este refrescante despertar, no sólo me llevó a una nueva vida, pero despertó en mí un hambre de ver a otros encontrar el camino a la victoria gloriosa que es Cristo en mí.
No me arrepiento de mi vida pasada, aunque me avergüenzan muchas cosas que hice en mí antaño. Y no me arrepiento porque era parte del plan de Dios, el permitir las oleadas de miseria y de gloria que pasé. Para que fuese yo transformado en el vaso en que me he convertido hoy, y poder ser útil para su mayor propósito en mi vida, en convertirme un mensajero de Su Evangelio.
Hoy en día, tengo una claridad mental, la cual jamás había experimentado antes, y he tenido muchas experiencias y oportunidades de servir al Señor, pero esto es diferente, por lo pronto, al comenzar este nuevo viaje, parece como si un nuevo y poderoso rayo me ha golpeado de lleno, y ha sacudido los cimientos de mi alma, arrancando de mis ojos las últimas de las escalas que aún me mantenían ciego a la verdad, es como si un soplo nuevo ha sido puesto en mis pulmones y un nuevo ritmo en mi corazón, y todo el mundo está girando a un ritmo más lento, permitiéndome ver cosas que antes estaban ocultas.
¿Qué significa todo esto? Para empezar, quiero decir que este no es un privilegio especial concedido sólo a mí. No es algo que nadie más ha experimentado o experimentará jamás. Se trata simplemente de la unción que viene con el llamado, y que está disponible para todas las personas que alguna vez realmente han profesado su amor a Cristo. ¿Qué si me gusta? Por supuesto que sí; y tengo que hacer un esfuerzo para continuar siendo manso y humilde en medio de este poderoso y energizante sentimiento de extraordinaria confianza, de poder, en el nombre de Jesús, lograr cualquier cosa.
Por lo tanto me quedo en oración meditando y pidiendo al Señor para que yo no olvide que es su gloria la cual obra dentro de mí, que es para su honra y gloria y majestad que yo sirvo, y que yo sólo soy un don nadie, que ha sido bendecido con la oportunidad de ser un vaso de buen uso para la gloria y el honor de mi Dios y mi Señor y salvador cristo Jesús.
Lo que es interesante sin embargo, es que de alguna manera, en algún lugar dentro de mí, siento este deseo de transmitir este poder, esta unción, para que todo aquel a quien yo hable, todo aquel a quien yo toque, reciba esta unción, y sea despertada en el esta hambre y esta carga que yo siento por las almas perdidas.
Yo quiero animarte en el día de hoy, o más bien, quiero rogarte a ti cristiano, que estás leyendo esta nota. Derrama tu vida en la vida de Jesús, aferrate a la Biblia, y llénate de amor y de canción y de alabanza, y comienza a comer y beber y respirar y dormir la palabra de Dios, y a orar, y orar, y orar, porque Él no es un Dios lejano. Salmo 37:4 dice: "Deléitate en el Señor y Él te concederá los deseos de tu corazón"
Y esta es su promesa, y no hace falta que lo atraigas a ti, porque Él ya está cerca. Todo lo que necesitas hacer es derramarte sobre él, y él te corresponderá, porque tú eres la niña de sus ojos, y Él quiere bendecirte de manera extraordinaria, y guiarte a una vida sobrenatural, una vida de triunfo aquí en lo natural. Todo lo que necesitas hacer es amarle con todo tu corazón, con todas tus fuerzas, con toda tu alma, con toda tu energía. Y ser expresivo en tu amor por Él, buscarlo como nunca antes, renovar tu mente, y abrazar una renovada pasión por Cristo Jesús, despertar con él, dormir con él, y tenerlo contigo cada minuto de tu día, y ciertamente, puedes estar seguro, de que Él te concederá todos los deseos de tu corazón.
Encomienda tu camino al Señor, confía en él y él hará lo siguiente: (Salmo 37:5)
entrega tus preocupaciones al Señor y él te sustentará; Él nunca ha dejado caer al justo. (Salmo 55:22)
"En ese día voy a restaurar el tabernáculo caído de David. Voy a reparar sus portillos, restaurare sus ruinas, y lo reconstruiré como solía ser. (Amós 9:11)
Las promesas de Dios para Sus hijos son hoy en día actuales y eficaces como lo eran hace dos mil años. Sin embargo, nuestra mayor alegría, va más allá de todas las promesas, pues esta portentosa sensación de unificación con Él es mucho mayor que cualquier cosa que existe en la faz de la tierra, esta es la vida real, ven y tómala, todo lo que tienes que hacer es pedirla.
Rev. José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús
viernes, 27 de mayo de 2011
martes, 24 de mayo de 2011
Satanas y la Autoridad de Jesus!
Yo nací y crecí en una familia católica conservadora, o mejor dicho, una familia católica que no iba a la iglesia.
Nuestra familia ni siquiera iba a la iglesia durante Semana Santa y lo haría sólo por respeto a una familia cuando alguien moría. A pesar de eso, teníamos en casa las imágenes tradicionales de Jesús y la Virgen María y la santa cena colgadas de las paredes.
La primera vez que oí hablar de Jesús como mi salvador Yo tenía once años, y aunque había oído hablar de Satanás y el infierno antes, para mí eso era algo etéreo, e incongruente que no era relevante para mi vida. En otro momento ampliaré en este detalle, pero por ahora baste decir que esta es la vida y la visión religiosa que sigue la mayoría de la población de la República Dominicana y, en base en mi experiencia, también la mayoría de los pueblos de la America Hispana.
De modo que cuando hablamos de posesión demoníaca o de fuerzas demoníacas pululando alrededor de nuestras vidas y tomando control de una persona o manipulando la vida de muchos; a la mayoría de la gente esto le suena como una broma, como un chiste, como una especie de película de horror barata. Y el hecho de que Hollywood ha glamorizado las obras de las fuerzas de la oscuridad no ayuda la situación, mas aun, esto promueve la aceptación e incluso le da la bienvenida a los espíritus del mal, especialmente entre las generaciones jóvenes.
No obstante el hecho de que Dios está obrando en todos los ámbitos de la sociedad y que Él es soberano y no pierde el sueño sobre los intentos de Satanás para obstaculizar su propósito, podemos observar un descenso en espiral entre los jóvenes en materia de fe. Y cada año menos de los jóvenes están llegando a la iglesia y muchos de ellos se meten en problemas con la ley. Y Satanás ha hecho un gran trabajo en disfrazar su trabajo como un asunto de tendencias modernas, o cambios culturales, o pensamiento liberal, etc.
En Marcos 9:29, después de Jesús haber liberado un niño poseído por un demonio, los discípulos le preguntaron, ¿por qué nosotros no pudimos sacar este demonio? Y él respondió, este tipo sólo sale con oración y ayuno. Y nos preguntamos, ¿cuál es el significado de las palabras de Jesús?
El mundo moderno se ha secularizado a un punto de incredulidad total. Hoy en día si una persona está en desacuerdo con el establecimiento, o si hay signos de desorden mental o depresión, se procede a sugerir la necesidad de un psiquiatra o un psicólogo.
Estuve viendo hace poco en las noticias el caso de una joven cuya vida ha sido arruinada por un trastorno obsesivo-compulsivo, y cuando la cámara enfoco el rostro de esta joven, pude ver en sus ojos las fuerzas demoníacas que la tienen bajo su control. En ese momento el Espíritu Santo me permitió discernir que lo que esa joven necesitaba era la liberación de esos demonios.
Sin embargo, aun insinuar tal cosa no sólo es políticamente incorrecto, pero podría causarnos problemas legales. Pues hoy, incluso entre muchos círculos cristianos el tema de Satanás y su ejército es tabú. La Psicología y la Psiquiatría han reemplazado en su mayoría la labor del ministro contra las fuerzas demoníacas. Esto no es en absoluto un ataque contra estas prácticas seculares, de hecho creo que estas son necesarias, para muchas personas, incluso muchos cristianos se encuentran a menudo no siendo capaces de hacer frente a sus conflictos pasados o presentes, y en la necesidad de un consejero. Y aunque creo que la psicología nunca podrá sustituir la necesidad de la consejería bíblica, y mucho menos puede sustituir la necesidad de la liberación en muchos casos. Creo que tiene méritos.
Sin embargo, las fuerzas espirituales del mal estarán en un momento u otro merodeando en la vida de cada persona viva, y aunque las fuerzas demoníacas no tienen necesidad de habitar en quienes está viviendo en el mundo, porque estos se las arreglan para hacer el mal y destruir sus vidas por sí mismos, sin necesidad de fuerzas externas que los empujen, Satanás y sus hordas, a menudo utilizan sus habilidades para entrar en el cuerpo de los seres humanos, y utilizarlos para cumplir sus propósitos diabólicos, y, a menudo, sin razón aparente, los demonios vienen a vivir a una persona, sólo porque pueden.
El hecho de que incluso muchos cristianos rechazan la noción de la posesión demoníaca, y que muchas denominaciones tienden a obviar las enseñanzas de la Biblia sobre este tema es preocupante. Pues al hacer esto, están limitando su capacidad de vivir una vida de verdadera libertad.
Muchos incluso se han atrevido a afirmar que la actividad demoníaca se limitaba a los tiempos de Jesús, un trágico error en el que Satanás se deleita.
Pues la Biblia nos enseña que Satanás ha estado en acción desde el principio de la creación y que este no cesará en sus intentos de frustrar el plan de Dios para la salvación.
Y sin embargo, todo hijo de Dios está equipado para hacer frente a todas las fuerzas demoníacas que se levanten en contra de la obra de Jesús. Si sólo nos atrevemos a creer, y utilizar nuestros dones espirituales para expulsarlos y ejercer nuestra autoridad sobre ellos a través de la sangre de Jesús.
Jesús dijo a sus discípulos, toda autoridad en el cielo y la tierra me ha sido dada, por lo tanto ve..... (Mateo 28:18-19).
Jesús no dijo, ve a ver lo que puedes hacer, o, quizás puedas. El Dijo ve, un mandamiento directo y claro, ve. Y con este mandamiento Él nos está diciendo, "la autoridad que yo tengo, ahora tu la tienes a través de mí", y esta autoridad es efectiva para salvar, sanar, liberar, para ordenar a una montaña a moverse y ser arrojada al mar.
Jesús envió a los doce, bajo su autoridad, con la instrucción específica para echar fuera demonios. Él envió a los setenta y estos retornaron llenos de regocijo porque los demonios se sometían a ellos.
Pablo terminó en la cárcel en Éfeso después de echar un demonio fuera de una esclava. Y hoy, esos mismos demonios están merodeando a tu alrededor, inmiscuyéndose en la vida de hombres y mujeres cristianos, los cuales viven aterrorizados, ignorando que a ellos se les ha dado el poder, por la palabra de autoridad en el nombre de Jesús, para extirpar estos intrusos de sus vidas, para echarlos fuera de los demás, para mantenerlos a raya en todo y cada lugar o circunstancia en que ellos estén presentes.
El truco radica en el hecho de que cuando estamos continuamente abriendo la puerta a las fuerzas demoníacas de la oscuridad y permitiéndoles entrar en nuestras vidas, con nuestro comportamiento, con nuestra pobre imitación de Cristo Jesús, no podemos esperar tener éxito en mantener a Satanás fuera de nuestros asuntos.
Al decir a sus discípulos que este tipo de demonio sólo puede ser expulsado a través de la oración y el ayuno, Jesús estaba diciendo exactamente eso. Aquí no hay parábola o metáfora o especial revelación, pero simple y llanamente la oración y el ayuno. Sin embargo, ¿de qué sirve la oración y el ayuno si no hay comunión? si no hay una verdadera relación con Jesús, si nuestra confianza en el poder de su sangre es escasa, débil, si casi nunca tienen tiempo para hablar con él señor o para escuchar su voz, tanto a través de su palabra como en la oración y la meditación en su palabra.
La obra del diablo esta escondida a los ojos del mundo, pero esta expuesta de par en par al discernimiento de cada seguidor de Cristo Jesús que está dispuesto a verla.
Es hora de poner fin a estas pestilencias, es tiempo de que las saquemos de nuestro patio, es tiempo de que comencemos a utilizar la autoridad que Dios no s ha dado en Cristo Jesús para correrlos de nuestro territorio, para que nuestra labor en la obra del Evangelio pueda ser fructífera, para que hagamos resplandecer la luz de Jesús a través de nosotros.
Y si usted aun no conoce a Jesús, o más bien, si Él aun no le conoce a usted, dese una oportunidad , venga a los pies de Cristo Jesús y descubra una vida más allá de su mas inverosímil imaginación.
Paz y amor en Dios y en Cristo Jesús.
Re. José A. Luna
Nuestra familia ni siquiera iba a la iglesia durante Semana Santa y lo haría sólo por respeto a una familia cuando alguien moría. A pesar de eso, teníamos en casa las imágenes tradicionales de Jesús y la Virgen María y la santa cena colgadas de las paredes.
La primera vez que oí hablar de Jesús como mi salvador Yo tenía once años, y aunque había oído hablar de Satanás y el infierno antes, para mí eso era algo etéreo, e incongruente que no era relevante para mi vida. En otro momento ampliaré en este detalle, pero por ahora baste decir que esta es la vida y la visión religiosa que sigue la mayoría de la población de la República Dominicana y, en base en mi experiencia, también la mayoría de los pueblos de la America Hispana.
De modo que cuando hablamos de posesión demoníaca o de fuerzas demoníacas pululando alrededor de nuestras vidas y tomando control de una persona o manipulando la vida de muchos; a la mayoría de la gente esto le suena como una broma, como un chiste, como una especie de película de horror barata. Y el hecho de que Hollywood ha glamorizado las obras de las fuerzas de la oscuridad no ayuda la situación, mas aun, esto promueve la aceptación e incluso le da la bienvenida a los espíritus del mal, especialmente entre las generaciones jóvenes.
No obstante el hecho de que Dios está obrando en todos los ámbitos de la sociedad y que Él es soberano y no pierde el sueño sobre los intentos de Satanás para obstaculizar su propósito, podemos observar un descenso en espiral entre los jóvenes en materia de fe. Y cada año menos de los jóvenes están llegando a la iglesia y muchos de ellos se meten en problemas con la ley. Y Satanás ha hecho un gran trabajo en disfrazar su trabajo como un asunto de tendencias modernas, o cambios culturales, o pensamiento liberal, etc.
En Marcos 9:29, después de Jesús haber liberado un niño poseído por un demonio, los discípulos le preguntaron, ¿por qué nosotros no pudimos sacar este demonio? Y él respondió, este tipo sólo sale con oración y ayuno. Y nos preguntamos, ¿cuál es el significado de las palabras de Jesús?
El mundo moderno se ha secularizado a un punto de incredulidad total. Hoy en día si una persona está en desacuerdo con el establecimiento, o si hay signos de desorden mental o depresión, se procede a sugerir la necesidad de un psiquiatra o un psicólogo.
Estuve viendo hace poco en las noticias el caso de una joven cuya vida ha sido arruinada por un trastorno obsesivo-compulsivo, y cuando la cámara enfoco el rostro de esta joven, pude ver en sus ojos las fuerzas demoníacas que la tienen bajo su control. En ese momento el Espíritu Santo me permitió discernir que lo que esa joven necesitaba era la liberación de esos demonios.
Sin embargo, aun insinuar tal cosa no sólo es políticamente incorrecto, pero podría causarnos problemas legales. Pues hoy, incluso entre muchos círculos cristianos el tema de Satanás y su ejército es tabú. La Psicología y la Psiquiatría han reemplazado en su mayoría la labor del ministro contra las fuerzas demoníacas. Esto no es en absoluto un ataque contra estas prácticas seculares, de hecho creo que estas son necesarias, para muchas personas, incluso muchos cristianos se encuentran a menudo no siendo capaces de hacer frente a sus conflictos pasados o presentes, y en la necesidad de un consejero. Y aunque creo que la psicología nunca podrá sustituir la necesidad de la consejería bíblica, y mucho menos puede sustituir la necesidad de la liberación en muchos casos. Creo que tiene méritos.
Sin embargo, las fuerzas espirituales del mal estarán en un momento u otro merodeando en la vida de cada persona viva, y aunque las fuerzas demoníacas no tienen necesidad de habitar en quienes está viviendo en el mundo, porque estos se las arreglan para hacer el mal y destruir sus vidas por sí mismos, sin necesidad de fuerzas externas que los empujen, Satanás y sus hordas, a menudo utilizan sus habilidades para entrar en el cuerpo de los seres humanos, y utilizarlos para cumplir sus propósitos diabólicos, y, a menudo, sin razón aparente, los demonios vienen a vivir a una persona, sólo porque pueden.
El hecho de que incluso muchos cristianos rechazan la noción de la posesión demoníaca, y que muchas denominaciones tienden a obviar las enseñanzas de la Biblia sobre este tema es preocupante. Pues al hacer esto, están limitando su capacidad de vivir una vida de verdadera libertad.
Muchos incluso se han atrevido a afirmar que la actividad demoníaca se limitaba a los tiempos de Jesús, un trágico error en el que Satanás se deleita.
Pues la Biblia nos enseña que Satanás ha estado en acción desde el principio de la creación y que este no cesará en sus intentos de frustrar el plan de Dios para la salvación.
Y sin embargo, todo hijo de Dios está equipado para hacer frente a todas las fuerzas demoníacas que se levanten en contra de la obra de Jesús. Si sólo nos atrevemos a creer, y utilizar nuestros dones espirituales para expulsarlos y ejercer nuestra autoridad sobre ellos a través de la sangre de Jesús.
Jesús dijo a sus discípulos, toda autoridad en el cielo y la tierra me ha sido dada, por lo tanto ve..... (Mateo 28:18-19).
Jesús no dijo, ve a ver lo que puedes hacer, o, quizás puedas. El Dijo ve, un mandamiento directo y claro, ve. Y con este mandamiento Él nos está diciendo, "la autoridad que yo tengo, ahora tu la tienes a través de mí", y esta autoridad es efectiva para salvar, sanar, liberar, para ordenar a una montaña a moverse y ser arrojada al mar.
Jesús envió a los doce, bajo su autoridad, con la instrucción específica para echar fuera demonios. Él envió a los setenta y estos retornaron llenos de regocijo porque los demonios se sometían a ellos.
Pablo terminó en la cárcel en Éfeso después de echar un demonio fuera de una esclava. Y hoy, esos mismos demonios están merodeando a tu alrededor, inmiscuyéndose en la vida de hombres y mujeres cristianos, los cuales viven aterrorizados, ignorando que a ellos se les ha dado el poder, por la palabra de autoridad en el nombre de Jesús, para extirpar estos intrusos de sus vidas, para echarlos fuera de los demás, para mantenerlos a raya en todo y cada lugar o circunstancia en que ellos estén presentes.
El truco radica en el hecho de que cuando estamos continuamente abriendo la puerta a las fuerzas demoníacas de la oscuridad y permitiéndoles entrar en nuestras vidas, con nuestro comportamiento, con nuestra pobre imitación de Cristo Jesús, no podemos esperar tener éxito en mantener a Satanás fuera de nuestros asuntos.
Al decir a sus discípulos que este tipo de demonio sólo puede ser expulsado a través de la oración y el ayuno, Jesús estaba diciendo exactamente eso. Aquí no hay parábola o metáfora o especial revelación, pero simple y llanamente la oración y el ayuno. Sin embargo, ¿de qué sirve la oración y el ayuno si no hay comunión? si no hay una verdadera relación con Jesús, si nuestra confianza en el poder de su sangre es escasa, débil, si casi nunca tienen tiempo para hablar con él señor o para escuchar su voz, tanto a través de su palabra como en la oración y la meditación en su palabra.
La obra del diablo esta escondida a los ojos del mundo, pero esta expuesta de par en par al discernimiento de cada seguidor de Cristo Jesús que está dispuesto a verla.
Es hora de poner fin a estas pestilencias, es tiempo de que las saquemos de nuestro patio, es tiempo de que comencemos a utilizar la autoridad que Dios no s ha dado en Cristo Jesús para correrlos de nuestro territorio, para que nuestra labor en la obra del Evangelio pueda ser fructífera, para que hagamos resplandecer la luz de Jesús a través de nosotros.
Y si usted aun no conoce a Jesús, o más bien, si Él aun no le conoce a usted, dese una oportunidad , venga a los pies de Cristo Jesús y descubra una vida más allá de su mas inverosímil imaginación.
Paz y amor en Dios y en Cristo Jesús.
Re. José A. Luna
lunes, 2 de mayo de 2011
Sabio Vivir en Tiempos Peligrosos!
Si los cristianos realmente aprendiéramos a vivir de acuerdo con los principios del cristianismo, de acuerdo con las enseñanzas de Jesucristo, si nuestras acciones concordaran con nuestro entendimiento, si realmente dedicáramos todos nuestros esfuerzos a vivir en el espíritu. No sólo sería el mundo un mundo mejor, pero habría mucha más gente del mundo adhiriéndose a nuestra fe.
Sin embargo, el mantener nuestra guardia baja y continuamente abrazar una vida de esfuerzos humanos para satisfacer nuestras necesidades y de constantes persecuciones de sueños materiales, ha llevado a un gran número de hombres y mujeres a apostatar de la fe y muchos otros a vivir una vida de mediocridad espiritual, de desequilibrio y duda, y de constante caer en el pecado, o simplemente vivir en el pecado.
Esta opaca vida carnal, a su vez provoca que muchos que podrían ser atraídos a seguir a Jesús, se desalienten por lo que ven. Nos hemos convertido en pobres testigos de Jesucristo.
No estoy queriendo decir que no debemos buscar una mejoría constante de nuestra vida natural, sino que la manera en que la buscamos niega nuestra fe y muestra que o bien no conocemos, o no creemos las enseñanzas de Jesús. Y si viviésemos según las enseñanzas de la Biblia, lograríamos un equilibrio perfecto y lograríamos obtener lo mejor de ambos mundos. Pues nuestra prioridad debe ser nuestra vida espiritual, nuestra vida con Cristo. Y como consecuencia de ello, nuestra vida personal sería la vida exitosa que soñamos.
Porque, aunque vivimos en el mundo, no hacemos la guerra como el mundo lo hace. Las armas de nuestra milicia no son las armas del mundo. Por el contrario, son armas poderosas en Dios para derribar fortalezas. Destruyendo argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. (2 Corintios 10:3-5)
Lo primero que debemos entender es que la vida de un cristiano es una vida de continua guerra espiritual, que, nos guste o no. Somos soldados en medio de un campo de batalla, y que si nos lanzamos en armas y tomamos la decisión de comenzar a pelear en lugar de defendernos constantemente entonces viviríamos una vida victoriosa, siempre en posesión de la cumbre, siempre en la batalla, pero nunca derrotados. Entonces, nuestra luz sería como la de un faro, brillando con fuerza hasta lugares lejanos e iluminando el camino para que otros encuentren su camino hacia Cristo Jesús.
Ciertamente, no podemos negar que vivimos en este mundo, en un cuerpo perecedero, el cual es frágil y sujeto a los deseos humanos, y que ese cuerpo tiene necesidades que deben ser satisfechas, sin embargo, en los versículos de mas arriba, la Biblia nos enseña que a pesar de que vivimos en este mundo y tenemos necesidades carnales, no hacemos la guerra según la carne.
Pablo escribe a Timoteo en 2 Timoteo 3:4 Tú pues, como nosotros, soporta las dificultades como un buen soldado de Cristo Jesús. Nadie que actúe como un soldado se involucra en los asuntos civiles, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.
Y nuestra guerra no es y no debe ser en lo natural, los enemigos contra quienes estamos constantemente luchando son los siguientes:
1. nuestra carne corruptible y las tendencias sensuales de nuestro corazón, y aquellas propensiones que aún no han sido subyugadas y que son parte de nuestra naturaleza caída. Un mundo depravado es causado por la depravación del hombre, y esa depravación es inherente a nuestra carne hasta que nuestro cuerpo sea reemplazado por un cuerpo de gloria (1 Corintios 15:53).
2. Los poderes y principados en el reino de los aires (Efesios 2:2) las fuerzas de la oscuridad las cuales nos hacen la guerra, y contra las cuales debemos estar siempre preparados (Efesios 6:10-18)
3. Contra toda forma de maldad, y la naturaleza pecaminosa del mundo. Tenemos que levantar un estandarte contra el pecado, pero no un estandarte carnal, sino espiritual, un estandarte de verdad, basado en los principios de nuestra fe, siempre levantando el nombre de Dios en alto, no a través de nuestra voz, sino con nuestras acciones. Pues el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. (Romanos 8:16)
Porque no utilizamos armas mundanas, no utilizamos los medios humanos o la sabiduría del mundo, o la riqueza o el poder político o la educación superior, o el encanto, o la elocuencia. No necesitamos ninguna herramienta del mundo, ninguna arma que pueda haber sido adquirida a través del esfuerzo humano. Nuestra fuente de poder es Dios y sólo Dios. Nuestras armas son armas poderosas, sobrenaturales, y alimentadas por un poder que viene directamente desde arriba:
En, la comprensión, la paciencia y la amabilidad, en la pureza, en el Espíritu Santo y en amor sincero, en palabra de verdad y en el poder de Dios, con las armas de la justicia en la mano derecha y en la izquierda, (2 Corintios 6:6-7)
Estas son armas diseñadas para penetrar en el corazón del hombre, porque el mundo batalla de acuerdo con su sabiduría y habilidades carnales, y nos hemos acostumbrado a seguir las prácticas mundanas. Sin embargo, si nuestra lucha va a ser eficaz debemos depender de las armas que Dios da, y continuar alimentándonos de Él, no solo para evadir los ataques del enemigo, sino para continuar siempre a la ofensiva
Estas armas tienen poderes divinos para derribar fortalezas. Una fortaleza es una fortificación que protege a un contendiente y ¿cuáles son las fortalezas que deben ser demolidas en nuestras vidas y en el ambiente que nos rodea? La religiosidad, la cual hemos plantado en torno a nuestras creencias, y la cual nos impide realmente conocer y ser conocido por Dios, las costumbres tradicionales en las cuales se basan nuestras pasiones carnales y que nos arrastran continuamente a caer en la trampa de los pensamientos y las conductas inmorales. Las convicciones arraigadas que endurecen nuestros corazones y nos mantienen esclavizados a la ira, la dependencia, la falta de perdón, y las regresiones. Las supersticiones generacionales, las cuales nos impiden erradicar de nuestras vidas la idolatría y las falsas creencias y las cuales hacen que los engaños de las prácticas paganas tengan influencia en nuestro modo de pensar. El orgullo y la arrogancia y el complejo de superioridad, los cuales nos desconectan de la realidad del verdadero amor y la compasión y la bondad hacia los demás.
La fe cristiana nos llama a la oposición violenta a toda resistencia fortalecida en creencias o practicas erróneas, sea que esta emane de nosotros, o del mundo.
Y a demoler todo argumento y pretensión que se erige contra el conocimiento de Dios.
Si sometemos todo conocimiento humano al dominio de Cristo, toda filosofía, toda pretensión, y todo argumento mundano; nuestra posición en Cristo estaría siempre segura. Pues si nos apoyamos en el conocimiento de Cristo y nos nutrimos de sus enseñanzas, tanto en el Nuevo como en el antiguo Testamento de la Biblia, no tendríamos que dependen del entendimiento humano para determinar nuestro caminar por la vida.
Todas nuestras debilidades y fracasos se derivan sólo de nuestra dependencia en las enseñanzas del hombre, y en los esfuerzos mundanos.
Decimos que somos cristianos, pero la mayoría de nuestras actividades se realizan sin consultar con Dios, simplemente no nos acordamos o no nos interesa incluir a Jesucristo en todos los aspectos de nuestra vida. Pasamos por alto el hecho de que tenemos una extraordinaria fuente de conocimiento universal a nuestra disposición en las escrituras, y que la voluntad de Dios es que aprendamos a depender de Él en nuestra vida cotidiana. Y la mayoría de nosotros vive como si Dios no existiera, y sólo lo recordamos, en el mejor de los casos, cuando le dedicamos unos minutos de apresurada oración, O por un par de horas el domingo en la iglesia. El resto de nuestra semana la pasamos totalmente desconectados de la realidad de que una vida cristiana sin Cristo, es una vida mundana, y que no somos ciudadanos de este mundo, y que Dios, nuestro padre tiene un interés personal en nuestro bienestar, tanto espiritual como físicamente.
Estamos viviendo tiempos peligrosos, y el final se aproxima rápidamente. Jesús nos llama a estar preparados (Marcos 13:37), no confiemos en el hecho de que una vez profesamos la fe en Cristo; deberíamos velar por tener nuestra casa en orden, y porque nuestra fe sea evidente a través de nuestras acciones, pues aunque por la fe somos salvos, la fe que es profesada y no puesta en practica no es fe verdadera.
Se sabio en tu vivir, pero no con la sabiduría de este mundo, la sabiduría de Dios está a tu disposición.
¡Abrázala y vive!
Rev. José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús
Sin embargo, el mantener nuestra guardia baja y continuamente abrazar una vida de esfuerzos humanos para satisfacer nuestras necesidades y de constantes persecuciones de sueños materiales, ha llevado a un gran número de hombres y mujeres a apostatar de la fe y muchos otros a vivir una vida de mediocridad espiritual, de desequilibrio y duda, y de constante caer en el pecado, o simplemente vivir en el pecado.
Esta opaca vida carnal, a su vez provoca que muchos que podrían ser atraídos a seguir a Jesús, se desalienten por lo que ven. Nos hemos convertido en pobres testigos de Jesucristo.
No estoy queriendo decir que no debemos buscar una mejoría constante de nuestra vida natural, sino que la manera en que la buscamos niega nuestra fe y muestra que o bien no conocemos, o no creemos las enseñanzas de Jesús. Y si viviésemos según las enseñanzas de la Biblia, lograríamos un equilibrio perfecto y lograríamos obtener lo mejor de ambos mundos. Pues nuestra prioridad debe ser nuestra vida espiritual, nuestra vida con Cristo. Y como consecuencia de ello, nuestra vida personal sería la vida exitosa que soñamos.
Porque, aunque vivimos en el mundo, no hacemos la guerra como el mundo lo hace. Las armas de nuestra milicia no son las armas del mundo. Por el contrario, son armas poderosas en Dios para derribar fortalezas. Destruyendo argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. (2 Corintios 10:3-5)
Lo primero que debemos entender es que la vida de un cristiano es una vida de continua guerra espiritual, que, nos guste o no. Somos soldados en medio de un campo de batalla, y que si nos lanzamos en armas y tomamos la decisión de comenzar a pelear en lugar de defendernos constantemente entonces viviríamos una vida victoriosa, siempre en posesión de la cumbre, siempre en la batalla, pero nunca derrotados. Entonces, nuestra luz sería como la de un faro, brillando con fuerza hasta lugares lejanos e iluminando el camino para que otros encuentren su camino hacia Cristo Jesús.
Ciertamente, no podemos negar que vivimos en este mundo, en un cuerpo perecedero, el cual es frágil y sujeto a los deseos humanos, y que ese cuerpo tiene necesidades que deben ser satisfechas, sin embargo, en los versículos de mas arriba, la Biblia nos enseña que a pesar de que vivimos en este mundo y tenemos necesidades carnales, no hacemos la guerra según la carne.
Pablo escribe a Timoteo en 2 Timoteo 3:4 Tú pues, como nosotros, soporta las dificultades como un buen soldado de Cristo Jesús. Nadie que actúe como un soldado se involucra en los asuntos civiles, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.
Y nuestra guerra no es y no debe ser en lo natural, los enemigos contra quienes estamos constantemente luchando son los siguientes:
1. nuestra carne corruptible y las tendencias sensuales de nuestro corazón, y aquellas propensiones que aún no han sido subyugadas y que son parte de nuestra naturaleza caída. Un mundo depravado es causado por la depravación del hombre, y esa depravación es inherente a nuestra carne hasta que nuestro cuerpo sea reemplazado por un cuerpo de gloria (1 Corintios 15:53).
2. Los poderes y principados en el reino de los aires (Efesios 2:2) las fuerzas de la oscuridad las cuales nos hacen la guerra, y contra las cuales debemos estar siempre preparados (Efesios 6:10-18)
3. Contra toda forma de maldad, y la naturaleza pecaminosa del mundo. Tenemos que levantar un estandarte contra el pecado, pero no un estandarte carnal, sino espiritual, un estandarte de verdad, basado en los principios de nuestra fe, siempre levantando el nombre de Dios en alto, no a través de nuestra voz, sino con nuestras acciones. Pues el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. (Romanos 8:16)
Porque no utilizamos armas mundanas, no utilizamos los medios humanos o la sabiduría del mundo, o la riqueza o el poder político o la educación superior, o el encanto, o la elocuencia. No necesitamos ninguna herramienta del mundo, ninguna arma que pueda haber sido adquirida a través del esfuerzo humano. Nuestra fuente de poder es Dios y sólo Dios. Nuestras armas son armas poderosas, sobrenaturales, y alimentadas por un poder que viene directamente desde arriba:
En, la comprensión, la paciencia y la amabilidad, en la pureza, en el Espíritu Santo y en amor sincero, en palabra de verdad y en el poder de Dios, con las armas de la justicia en la mano derecha y en la izquierda, (2 Corintios 6:6-7)
Estas son armas diseñadas para penetrar en el corazón del hombre, porque el mundo batalla de acuerdo con su sabiduría y habilidades carnales, y nos hemos acostumbrado a seguir las prácticas mundanas. Sin embargo, si nuestra lucha va a ser eficaz debemos depender de las armas que Dios da, y continuar alimentándonos de Él, no solo para evadir los ataques del enemigo, sino para continuar siempre a la ofensiva
Estas armas tienen poderes divinos para derribar fortalezas. Una fortaleza es una fortificación que protege a un contendiente y ¿cuáles son las fortalezas que deben ser demolidas en nuestras vidas y en el ambiente que nos rodea? La religiosidad, la cual hemos plantado en torno a nuestras creencias, y la cual nos impide realmente conocer y ser conocido por Dios, las costumbres tradicionales en las cuales se basan nuestras pasiones carnales y que nos arrastran continuamente a caer en la trampa de los pensamientos y las conductas inmorales. Las convicciones arraigadas que endurecen nuestros corazones y nos mantienen esclavizados a la ira, la dependencia, la falta de perdón, y las regresiones. Las supersticiones generacionales, las cuales nos impiden erradicar de nuestras vidas la idolatría y las falsas creencias y las cuales hacen que los engaños de las prácticas paganas tengan influencia en nuestro modo de pensar. El orgullo y la arrogancia y el complejo de superioridad, los cuales nos desconectan de la realidad del verdadero amor y la compasión y la bondad hacia los demás.
La fe cristiana nos llama a la oposición violenta a toda resistencia fortalecida en creencias o practicas erróneas, sea que esta emane de nosotros, o del mundo.
Y a demoler todo argumento y pretensión que se erige contra el conocimiento de Dios.
Si sometemos todo conocimiento humano al dominio de Cristo, toda filosofía, toda pretensión, y todo argumento mundano; nuestra posición en Cristo estaría siempre segura. Pues si nos apoyamos en el conocimiento de Cristo y nos nutrimos de sus enseñanzas, tanto en el Nuevo como en el antiguo Testamento de la Biblia, no tendríamos que dependen del entendimiento humano para determinar nuestro caminar por la vida.
Todas nuestras debilidades y fracasos se derivan sólo de nuestra dependencia en las enseñanzas del hombre, y en los esfuerzos mundanos.
Decimos que somos cristianos, pero la mayoría de nuestras actividades se realizan sin consultar con Dios, simplemente no nos acordamos o no nos interesa incluir a Jesucristo en todos los aspectos de nuestra vida. Pasamos por alto el hecho de que tenemos una extraordinaria fuente de conocimiento universal a nuestra disposición en las escrituras, y que la voluntad de Dios es que aprendamos a depender de Él en nuestra vida cotidiana. Y la mayoría de nosotros vive como si Dios no existiera, y sólo lo recordamos, en el mejor de los casos, cuando le dedicamos unos minutos de apresurada oración, O por un par de horas el domingo en la iglesia. El resto de nuestra semana la pasamos totalmente desconectados de la realidad de que una vida cristiana sin Cristo, es una vida mundana, y que no somos ciudadanos de este mundo, y que Dios, nuestro padre tiene un interés personal en nuestro bienestar, tanto espiritual como físicamente.
Estamos viviendo tiempos peligrosos, y el final se aproxima rápidamente. Jesús nos llama a estar preparados (Marcos 13:37), no confiemos en el hecho de que una vez profesamos la fe en Cristo; deberíamos velar por tener nuestra casa en orden, y porque nuestra fe sea evidente a través de nuestras acciones, pues aunque por la fe somos salvos, la fe que es profesada y no puesta en practica no es fe verdadera.
Se sabio en tu vivir, pero no con la sabiduría de este mundo, la sabiduría de Dios está a tu disposición.
¡Abrázala y vive!
Rev. José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús
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