Acerquémonos al trono de la gracia con confianza, para que podamos recibir misericordia y hallar gracia para ayudarnos en nuestro tiempo de necesidad. (Hebreos 4:16)
Todos tenemos momentos de necesidad, todos tenemos momentos de desesperación, de preocupaciones, de dolor, de falta
Ningún ser humano sobre la faz de la tierra está exento de sufrimiento, es un hecho inherente a nuestra humanidad, y la razón de esto es porque en una ocasión rechazamos la oportunidad de vivir eternamente y en un mundo perfecto. (Génesis 3)
No somos expertos en el tema, mas a través de la historia, encontramos evidencia de que el sufrimiento no tiene ningún amigo, que podrías vivir en un castillo con todos los lujos del mundo, con cientos de sirvientes atendiendo a todas tus necesidades, con expertos en el ámbito de la alimentación la salud y la medicina rodeándote a ti y a tu familia durante todo el día, y aun así vas a recibir tu turno de sufrir, que podrías vivir en un monasterio y dedicar tu vida a la meditación y la iluminación espiritual, o practicar todo tipo de rituales esotéricos, y tu turno de sufrir aun llegara.
La angustia mental, física, y espiritual nos visitará en algún momento, y luego vendrá la muerte, la cual no perdona a nadie.
Voy a ahorrarnos el debate sobre por qué Dios permite el dolor, pues este tema está más allá del propósito de esta nota, pero para aquellos de ustedes que todavía tienen esta pregunta en su mente, les recomiendo leer el libro, "El problema con el dolor" por CS Lewis. Les aseguro que contestará a todas sus preguntas. Aquellos que lo deseen, pueden enviarme una nota y les enviare una copia en pdf de este libro en español.
Sin embargo, no importa si eres rico o pobre, asiático o de raza blanca, hombre o mujer, tribulación atacará cuando menos lo esperas.
Y el cómo manejemos estos momentos determinará la forma en que saldremos al otro lado de nuestras pruebas.
Me siento tentado a hablar del caso de Job, y la forma en la que salió victorioso de un momento de verdadero tormento, porque Job era un hombre de poder de influencia, de riquezas, un hombre que disfrutaba la vida al máximo, que tenía todo lo que necesitaba. Y entonces el dolor le golpeó con fuerza, y perdió su familia, su poder, sus posesiones, sus amigos e incluso su salud, hasta el punto de convertirse en un residuo, en una lastima de hombre ante los ojos del mundo. Sin embargo, su gran integridad, su amor por el Señor y su convicción, le ayudaron a salir ileso, pues el se mantuvo fiel alabando y adorando a su Dios, el Dios de todas las maravillas, quien finalmente le devolvió a la vida, dándole aún más poder y posesiones y familia que las que había tenido antes de sus tiempos de tribulación.
Sin embargo, el ejemplo de Job puede parecer exagerado, pues muchos atribuyen esta historia a una fábula, y otros la rechazan como imposibilidad,
Una cosa que nadie puede rechazar es la experiencia personal, y cada ser humano en la tierra ha tenido experiencias de sufrimiento, ya sea personal o por medio de relaciones.
Los que han puesto su confianza en el Señor Jesucristo, aquellos que se han apoyado en el poder de Jesús para sanar y para llevarnos a través de nuestro dolor, pueden dar testimonio de la gran bendición de su presencia en nuestras vidas.
Pues el Señor Jesucristo, de todos los hombres en la tierra, vivió en su propia carne hasta el último de los dolores; la traición, el rechazo, el odio, el desprecio, la humillación, el insulto, la burla, la negación, y todo atributo desmoralizante, y luego vino el abuso físico, la aflicción, el deshumanizante castigo, y en última instancia la crucifixión.
Y si eso no fuera suficiente, todavía tuvo que sufrir el rechazo y la ira de su propio padre. Este fue el dolor más angustioso que podía sufrir, soportar la separación de la persona que lo amaba y a quien El amaba por toda la eternidad
Nadie sabe mejor que Jesús, acerca de tiempos difíciles, nadie entiende más que a Jesús acerca de las penas y tribulaciones, nadie tiene más experiencia que Jesús sobre el dolor y el sufrimiento, nadie nunca vivirá a través de todo lo que Jesús ha vivido.
Él tiene el poder restaurador para corregir todo mal, para darnos la paz en medio de la tormenta, para sanar el corazón herido, para reparar el alma rota, para suavizar todas las asperezas, para convertir el odio en amor.
No hay un alma en este planeta que habiendo puesto su confianza en el Señor, que habiéndose acercado con confianza al trono de la gracia, haya sido decepcionado.
Si usted sabe que puede hacerlo por su cuenta Él no puede ayudarle, si usted está convencido de que conoce la forma de salir a camino Él no tiene nada que darle, si su fuerza es suficiente para sobrevivir a los vientos y las olas, entonces Él no tiene nada para usted, pero si se siente sobrecargado y cansado, abrumado, o al final de sus fuerzas, si su corazón duele tanto que no aguanta más, entonces es hora de darse por vencido. Quítese del asiento del conductor, y permita que Jesús guíe su vida por un rato, porque él sabe lo que usted siente, y Él calmara sus heridas.
Permítase acercarse a Él, en sus momentos de necesidad, con confianza, con valentía; y su gracia sobreabundante convertirá en bendición cada dolor, cada golpe, y cada herida abierta.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses 4:7)
Dios los bendiga a todos
Rev. José A. Luna
Un siervo de Cristo Jesús
Estoy atravesando por un mal momento pero se que Dios es el que me puede ayudar y sacar adelante he leido esta nota y me ha sido de bendicion.
ResponderBorrarEspero que a mas personas les ayude para poder sanar sus almas de esas heridas.
Dios bendiga a todos.