La mayoría de la gente diría que soy una persona bastante coherente, sin embargo, he tropezado y cometido tantos errores que prefiero ponerme en el salón de la vergüenza, aunque debo reconocer que he aprendido bastante de los errores del pasado.
Sin embargo, es de asombrarse, como han transcurrido los días y meses y años desde que el Señor cambió mi vida y me puso en el camino hacia el ministerio, al ministerio a tiempo completo, para ser más específico. Y el asombro mayor esta en que han llovido las oportunidades de caerme, y sin embargo he logrado perseverar. Y al darme cuenta de que todavía lo estoy haciendo, tengo que dar gracias al todopoderoso, pues el me ha dado el coraje y la perseverancia.
Ahora, Necesitamos entender que las razones por las que un hombre desequilibrado, inseguro e inestable como yo ha durado tanto tiempo consistentemente corriendo en los mismos rieles, no tiene nada que ver conmigo, además, sufro el hecho de que he aconsejado y ministrado a tantos compañeros cristianos viejos y jóvenes, que sistemáticamente no han seguido siendo fieles, que constantemente se desvían, se distraen, y que a menudo incluso se descarrían por completo.
Y yo no soy un ignorante de las razones por las que estas caídas son tan frecuentes. Porque yo he vivido a través de luchas, y tentaciones y distracciones, las cuales constantemente merodean a nuestro alrededor tratando de obtener acceso a la sala de control de nuestras almas, tratando de encarrilarnos en un camino directo hacia el infierno.
Y me esfuerzo por enseñar a mis amigos y compañeros cristianos y discípulos, que nuestras luchas no son contra carne ni sangre (Efesios 6:12), que nuestros esfuerzos para sobrevivir a los ataques de la carne y el mundo y las fuerzas demoníacas del reino de las tinieblas son inútiles, que no es posible hacerle frente a las constantes olas de engaños que inundan nuestros caminos, y que no es necesario molestarse en pelear esta batalla de gigantes.
Pues en todo caso, lo que para nosotros es imposible, para Dios siempre es posible (Mateo 19:26) y es sólo a través de él que podemos soportar este tipo de ataques, es sólo a través de El que podemos resistir y vencer. Santiago 4:7 dice Sométase entonces al Señor, resista al diablo y él huirá de vosotros. Sin embargo, no es sólo el diablo, quien está tratando de hacernos fracasar, es también nuestra propia carne obstinada, mentirosa, contraproducente, que no puede dejar de querer y desear y anhelar cada pequeña cosa que nos rodea, y es también el mundo, que ha aprendido a manipular a los antojos y deseos y la lujuria de la carne.
Los psicólogos le llaman gratificación instantánea, y. Parafraseando a los medios de comunicación, "si se siente bien, hazlo".
Somos constantemente bombardeados con lemas, y nuestras mentes han sido poco a poco acondicionados, nuestros cerebros lavados, haciéndonos actuar como robots ante la presencia de atracciones seductora, es una proclamación de la libertad, la cual realmente nos mantiene a todos en la esclavitud, esclavos de una sociedad diseñada para mantenernos gastando, comprando, deseando. Una sociedad cuyos objetivos incluye la erradicación de la moral, con el proposito único de crear nuevos mercados, cada uno de ellos enfocados en convencerte que necesitas mas de lo que vende, una sociedad que ha puesto una correa alrededor de tu cuello, con la cual te tira y te hala hacia un lado o el otro a su antojo y sin que puedas hacer nada al respecto, y mientras te susurra melodías en los oídos que te dicen que practiques la libertad.
Y los cristianos han comprado en esta fachada, y dejando a un lado su fe cristiana, han optado por ser mas modernos, mediante el ejercicio de algunos de los supuestos ejercicios de libertad.
Así que ahora en lugar de la escuela dominical tenemos el domingo de compras, en lugar del estudio Bíblico el viernes por la noche, tenemos no es viernes por la noche en el café, en vez de modestia y humildad, tenemos la modernización y la promiscuidad.
Nuestro Señor Jesucristo nos enseña en Mateo 24:12 que en los últimos días, debido al aumento de la maldad el amor de muchos se enfriará; Él nos enseña que incluso muchos abandonarán la fe. Sin embargo, la Biblia nos enseña que nuestra fe es demasiado valiosa como para tomarla a la ligera, y Dios mismo nos ha dado la perseverancia. Pues todo lo que fue escrito en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que a través de la perseverancia enseñada en las Escrituras y la motivación que esta ofrece, tengamos esperanza. (Romanos 15:4). Jesús nos enseña, además, que es Dios quien nos da aliento y perseverancia para continuar Unidos, agonizando juntos en la fe, y por el poder del Espíritu Santo, construyendo un escudo impenetrable el cual nos permita mantener al mundo, y la carne, y Satanás y sus demonios a raya.
Sin embargo, sólo a través de compartir juntos, y el estudio constante de la palabra, y de la oración podemos obtener perseverancia. Por eso es indispensable que continuemos reuniéndonos, estudiando juntos, orando juntos, y permaneciendo fieles juntos. Pues sólo para aquellos que perseveren verán el Reino de los cielos.
Que el Dios que nos da aliento y perseverancia les de la misma actitud mental hacia otros que tuvo Cristo Jesús! (V 5)
Rev., José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús
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