martes, 13 de abril de 2010

De la fragilidad a la inmortalidad!

Anoche se me ocurrió comerme una tasita de Helado, algo que muy raras veces hago, y con mucha cautela debido a la intolerancia de lactosa, unos minutos mas tarde me retorcía yo en el dolor, en agonía de muerte, mientras las contracciones estomacales despiadadamente abatían mi mente y mi cuerpo decididas a doblegarme, los sudores corrían por mi frente, mis rodillas no podían sostenerme, mi color cambio en pocos minutos a un verde pálido, como de pistacho y las expresiones de mi rostro mostraban persuasivamente la derrota. Las oraciones surgían incesantemente en mi mente aunque no era capaz de expresarlas audiblemente debido a los golpes agresivos de la indigestión. Y en ningún momento por esas dos largas horas de sufrimiento paso por mi mente nada más que la desesperante suplica al altísimo para que este tormento llegara a su fin de una manera u otra.
Gracias a la amorosa intervención de mi esposa, y a una batería de medicina casera y farmacéutica, y a la misericordia de nuestro señor Jesucristo, eventualmente logre recostar la cabeza en la cama, y alrededor de la media noche, me quede dormido.
El razonamiento de lo que somos, y de la cosa en que nos convertimos cuando nuestro cuerpo falla debería llevarnos naturalmente a la conclusión de que no somos mas que una masa que piensa; un grupo de piezas orgánicas ensambladas de manera especifica para realizar funciones determinadas, y activadas por un procesador central el cual envía señales a cada uno de los diversos mecanismos para que de manera coordinada puedan realizar dichas funciones, y si una de esas partes falla, cualquiera que sea esa parte, el sistema completo deja de funcionar. WOW, que tremenda falacia, que terrible paquete de mentiras puede ser creado por aquellos que no conocen a Dios; pues una cosa que podemos garantizar es que cuando estamos en un estado de miseria, cualquiera que sea la razón que lo este causando, lo primero que tendemos a hacer es clamar por Dios.
Y aquellos que aun se atreven a abogar por las teorías evolucionistas de Charles Darwin, aquellos que aun se atreven a querer justificar el razonamiento de que somos descendientes del chimpancé, aquellos que aun después del descubrimiento y la descodificación del ADN y de las exploraciones extragalácticas, aun insisten a tratar de razonar teorías que han sido desmanteladas por la ciencia misma, son los primeros en apelar a Dios cuando el sistema operativo les deja de funcionar, o cuando uno de los engranajes se rompe.
Porque sin Dios no somos mas que amebas con forma, no somos mas que el oportuno resultado de un grupo de células muertas que por casualidad tomaron forma y fueron activadas de la nada para multiplicarse y producir el ser pensante y racional que somos hoy. Yo me pregunto a que ser racional le cabe tal irracionalidad en la cabeza?
Los evolucionistas han luchado por encontrar el eslabón perdido, y lo tienen frente a sus narices, han inclusive inventado en ocasiones seres inexistentes para justificar sus teorías sonadoras. Un filósofo cristiano nos dice que hay que tener mas fe para ser evolucionista que para ser Cristiano. Y esa es una realidad contundente, porque ellos mismos admiten no tener explicación a la formación de ciertas razas del reino animal, el inicio de la formación del universo, y en su afán por demostrar sus teorías han creado una serie de asunciones irrealizables en el contexto evolucionario mismo.
Yo quiero presentarles una teoría evolucionaría sólida, y fundamentada en realidades observables.
En el principio creo Dios los cielos y la tierra. (Génesis 1:1)
Y es que sin ese principio, todos los otros principios pierden valides. El concepto básico de moralidad por ejemplo, nunca podrá ser explicado y sin embargo, sin el seriamos no mas que un grupo de salvajes, simples animales sin control alguno. Y aquellos que alegan que Dios no existe, no pueden explicarse la razón por la ellos mismos son personas morales, los cuales sienten culpa, y restricción hacia acciones despiadadas o corruptivas.
Y aunque ciertamente el salvajismo, la inmoralidad y la falta de amor se han convertido en un estilo de vida para muchos, es precisamente la ausencia de dios en estas personas lo que causa la promoción de la corruptividad.
Pero aun los más insensatos, se identifican contra los horrores del asesinato, la violación, los crímenes violentos, y todos independientemente de sus creencias admiten que donde este Dios presente la vida es más llevadera.
Somos seres Humanos, creados por Dios a su imagen y semejanza, y ese poder creador del todopoderoso fue una semilla puesta en nosotros para crear, y apoyándonos en el podemos descubrir la amplitud del alcance de su creación mucho mas allá de nuestro entendimiento. El temor de ser dependientes nos atemoriza, y es precisamente esa dependencia la que nos da la verdadera libertad para ser, para sentir, para surgir como seres eternos cuyos cuerpos frágiles perecerán un día pero cuyos espíritus prevalecerán por los siglos de los siglos. Ese es el alcance de la creación, y la magnificencia de su regalo en Cristo.
Se bendecido y recíbele.

Rev. José A. Luna
Siervo de Cristo Jesús.

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