Ya yo había
oído antes similar aserción, 'sé por lo que estás pasando' y aunque nunca
respondí a esta afirmación mi pensamiento fue, 'no, realmente no tienes ni idea'.
Esta es una
dolorosa realidad de aquellos que están pasando por la pena y el sufrimiento,
nadie sabe realmente lo que podríamos estar pasando, a excepción de Dios. Porque
nosotros somos individuos, somos diferentes el uno del otro, incluso aun
parientes cercanos quienes podrían tener muchos rasgos similares o similitudes
culturales y sociales, sus caracteres no son iguales, su composición genética
no es igual, su estructura interna no es igual, Sus pensamientos no son los
mismos, y sus afectos no son los mismos.
Todos
pensamos diferente, vemos cosas diferentes, amamos diferente, e incluso
nuestras aflicciones se sienten diferente, así que es imposible que alguien
diga que sabe lo que está pasando otra persona.
Incluso los
psicólogos expertos y los psiquiatras pretenden entender la forma en que una
persona piensa, pero aun cuando esta persona revela los secretos interiores
dentro de su corazón, hay cosas que ni siquiera él o ella pueden revelar sobre
sí mismos, porque ellos mismos no las entienden completamente. Sólo Dios conoce
nuestros más íntimos secretos. El salmo 139:13 dice, porque tu formaste mis
partes internas; Me tejiste en el vientre de mi madre.
Cuando mi
padre murió en 1984 pensé que mi mundo había llegado a su fin; y no era sólo el
amor o la ansiedad de separación lo que me afectó. yo era un joven orgulloso y
egoísta que pensaba que el mundo tenía cosas asombrosas reservadas para mí, Y veía
el deterioro de mi padre, un hombre de acero, como algo contrario a mi sistema
de creencias interiores. No podía aceptar que la vida fuera tan frágil, y que
pudiéramos simplemente desfallecer y morir. Y especialmente no mi padre, a
quien yo había conocido como un hombre duro y emprendedor.
Más tarde
ese año pasé una semana en un hospital, completamente desconectado de la
realidad, tuve un colapso nervioso, perdí la noción de las cosas, y ni siquiera
sabía lo que pasaba a mi alrededor. un Psiquiatra me trató, e intento restaurar
mi estado mental; pero Él realmente no lo sabía, porque, la verdad es que, yo
tampoco sabía, lo que estaba pasando dentro de mí. Sólo años de reflexión interna
y meditación, y la poderosa mano de Dios trajo eventualmente la verdad a la luz.
Entonces en
julio de del año 2000 perdí a mi prometida, en un abrir y cerrar de ojos, un instante
ella estaba aquí, y en el siguiente ella se había ido, para siempre. La vida es
tan fugaz, tan frágil y tan poco fiable, ni siquiera como una broma podemos pretender
tener algún control sobre ella. Mi prometida Tenía 32 años, una mujer joven
sana con un extraordinario impulso e inteligencia. Una verdadera guerrera, y una
verdadera empresaria, y así de pronto, en un soplo, ella se había ido.
Yo pensé
que estaba preparado para esto, y lloré durante una semana y luego volví al
negocio como de costumbre, excepto que no era como de costumbre, porque
esconder tu dolor no lo hace desaparecer, solo lo infla, Como un globo, hasta
explotar en algún lugar por dentro. Pensé que todo estaba perfecto, y en la
opinión de todos mis allegados, yo lo había manejado todo magníficamente,
incluso yo creí que todo había terminado, y entonces las evidencias de
problemas escondidos empezaron a aparecer, el consumo excesivo de alcohol, la
hiperactividad extrema, el descuido paulatino de mis obligaciones, y así
sucesivamente. Gracias a Dios, porque Él tenía un mejor plan reservado para mí,
y María estaba alrededor de la esquina esperando para rescatarme. Pues ella fue
quien, indirectamente me salvó de la profunda agonía por la que estaba
atravesando, y de la cual yo no estaba completamente consciente. Huelga decir
que todo esto era parte del plan perfecto de Dios.
Avanzando
hasta el presente, últimamente he estado viendo gente morir a mi alrededor con inquietante
frecuencia, y sigo orando a Dios, preguntándole dónde está la enseñanza en esta
experiencia, sabiendo muy bien que mientras mi cosmovisión ha cambiado
radicalmente en los últimos 17 años, sólo un encuentro cercano con la muerte nos
dice realmente cómo vamos a reaccionar alrededor de ella.
De todos
modos, nosotros, como cristianos, tenemos una ventaja significativa sobre aquellos
que no son seguidores de Jesús; Un conocimiento que nadie más puede aprovechar.
Pues mientras un amigo puede ser útil en tiempos de dolor, y mientras que una
palabra de consuelo podría traer algo de paz a nuestro corazón. Nadie es
realmente capaz de ver dentro de nosotros para decir las palabras correctas, o
para actuar de la manera correcta.
Sin
embargo, el Señor conoce nuestro ser interior, nos conoce antes de que fuésemos
hechos, él ya nos conocía antes de que el mundo comenzara.
El Salmo
119: 16 dice: Tus ojos vieron mi sustancia sin forma; En tu libro fueron
escritos, cada uno de los días que se formaron para mí, cuando aún no había
ninguno de ellos. Sólo Dios nos conoce plenamente y verdaderamente, sólo Él
conoce nuestro cada pensamiento, cada uno de nuestros sentimientos, todos
nuestros dolores, sólo Él es capaz de traer consuelo en medio del sufrimiento,
Él entiende nuestro dolor, y sólo Él puede hablar a nuestros corazones con
Palabras de consuelo y restauración.
El Salmo 107:13-14
nos dice: Entonces clamaron al Señor en su angustia, y él los libró de su agonía.
Los sacó de las tinieblas y de la sombra de la muerte. Y eso es porque es sólo viniendo
ante Él y permitiéndole darnos su cuidado que veremos la luz
2 Corintios
1:4-5 dice que Él nos consuela en todas nuestras aflicciones, para que podamos
consolar a los que están en alguna aflicción, con el consuelo con que nosotros
mismos somos consolados por Dios. Porque, así como compartimos abundantemente
en los sufrimientos de Cristo, también por Cristo compartimos abundantemente en
consolación.
Su palabra
dice que Él sana a los quebrantados de corazón y ata sus heridas, Él dice que
el llanto puede durar toda la noche, pero el gozo viene por la mañana. Porque
siempre la mañana vendrá pronto si nos aferramos a Él.
Entiendo
que mi amigo estaba tratando de ser amable cuando me dijo que él sabía lo que yo
estaba pasando, el día de mi novia murió, sin embargo, encontré sus palabras
condescendientes y cliché, sin sustancia en ese momento. Y aunque no le
respondí, preferiría que se hubiese quedado callado, que sólo me regalara su
compañía, no tratando de consolarme, de animarme o de darme algún tipo de
ayuda, solo su presencia hubiese sido Suficiente.
Dios, por
otro lado, cuando estamos en este tipo de dolor, queremos escuchar de Él,
queremos una grandiosa explicación, queremos que Él despliegue en detalles todo
el plan detrás de esta idea de sacar a nuestros seres queridos de este mundo, Mas
Él es el amigo silencioso, que sólo abraza nuestro corazón, haciéndolo sentir
acogedor y protegido, para que nuestro dolor no entre demasiado profundamente.
Él es el amigo que nos abraza suavemente, dejando que Sus lágrimas rueden sobre
nuestras espaldas cuando Él llora con nosotros, como Jesús lloró en Juan 11:35,
porque Él conoce nuestro dolor, Él conoce nuestra congoja, y Él sufre nuestro
sufrimiento, porque Él ha Probado de primera mano cómo el pecado y la
corrupción han hecho este mundo desmoronarse, y cómo este ha traído el
sufrimiento y las lágrimas a la vida de sus hijos
Y así, Él nos
dio a Su único hijo, a expensas de Su propio sufrimiento, para traernos
consuelo y esperanza, para que un día sean Limpiadas todas las lágrimas de nuestros
ojos; Y no habrá más muerte, ni dolor, ni llanto, ni más sufrimiento; porque
las cosas viejas han pasado, y todas son hechas nuevas (Rev. 21: 4)
Que el Dios
de toda consolación os traiga toda consolación y alegría. Especialmente en los
tiempos de sufrimiento.
José A. Luna
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