He leído muchos
escritos los cuales anuncian un milagro u otro como el más grande, y
ciertamente, en los años de mi existencia han habido eventos significativos los
cuales podrían catalogarse como grandiosos milagros. Yo en este tema he
preferido no expresar mis ideas, pues no me considero apto para catalogar uno u
otro milagro como superior a los demás, mas
meditando en las próximas celebraciones navideñas, no he podido evitar considerar
un hecho en particular como inmensurablemente extraordinario, un hecho que
muchos prefieren obviar, y otros ignoran del todo, hecho que muchos rechazan
arbitraria y fervientemente, más un hecho del que todos hablan de una manera u
otra, aun si para blasfemar contra el nombre que es sobre todo nombre.
Dios, el
creador del universo y de todas las galaxias y las constelaciones y las
estrellas, aquel que puso la tierra en su lugar, y nos dio la luz del sol para
alumbrarnos y calentarnos en el día, y la luna para iluminarnos en la noche, el
mismo Dios que nos diseñó perfectamente y
nos hizo a su imagen y semejanza, su
palabra dice que: cuando los tiempos fueron cumplidos el vino a la tierra,
nacido de mujer, nacido bajo la ley, para redimirnos , a fin de poder
adoptarnos como sus hijos. (Gal 4:4-5)
Así
escondida en medio de este párrafo, esta
porción de las escrituras parece trivial y sin importancia. Pero hagamos énfasis en cuatro puntos particulares
de esta afirmación
Dios vino a la tierra; en Filipenses 3:6-8 encontramos que Él, siendo en forma de Dios, no
estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomó la
forma de siervo y se hizo semejante a los hombres. Más aún, hallándose en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
En otras palabras, Dios, el
todopoderoso, el creador de la sabiduría se despojó de su trono, para venir a
la tierra a vivir la experiencia del hombre; a dar su vida para que nosotros pudiésemos
recuperar la nuestra.
Nacido de Mujer; en Isaías 9:6 encontramos: Porque un niño nos ha nacido, hijo nos ha
sido dado,
y el principado sobre su hombro. Se llamará su nombre «Admirable consejero», «Dios fuerte»,
«Padre eterno», «Príncipe de paz». El profeta Isaías, proclama en muchos de sus escritos la revelación de la venida y el consiguiente sacrificio del Mesías, el hijo de Dios, con el propósito de rescatar al hombre de las cadenas con las que ha sido atado por el príncipe de las tinieblas.
y el principado sobre su hombro. Se llamará su nombre «Admirable consejero», «Dios fuerte»,
«Padre eterno», «Príncipe de paz». El profeta Isaías, proclama en muchos de sus escritos la revelación de la venida y el consiguiente sacrificio del Mesías, el hijo de Dios, con el propósito de rescatar al hombre de las cadenas con las que ha sido atado por el príncipe de las tinieblas.
Para redimirnos; Jesús nos dice en Mateo 20:28 Aun como el Hijo del hombre vino a servir
y no a ser servido, y a dar su vida como pago por todos.
Y en Efesios 1:7-8 En él tenemos
redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en
toda sabiduría e inteligencia.
Solamente el sacrificio de Cristo Jesús
en la cruz del calvario pudo pagar por el pecado del hombre para satisfacer la
perfecta justicia de Dios, y solamente a través de el pueden nuestros pecados
ser lavados, pues El derramo su sangre como cordero de sacrificio para que la
justicia divina pudiese ser aplicada a nosotros, y otorgarnos el perdón.
Adoptarnos como hijos: Mas a todos los que lo recibieron, a quienes creen en su nombre, les
dio potestad de ser hechos hijos de Dios. (Juan 1:12)
Pues no habéis recibido el espíritu
de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el
Espíritu de adopción, por el cual clamamos: « ¡Abba, Padre!» El Espíritu mismo da testimonio a
nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Romanos 8:15-16
el 25 de Diciembre celebramos un
aniversario más del día en que Dios vino a la tierra a conocernos
personalmente, a restablecer con nosotros una relación perdida anteriormente a través
del pecado, pues no pudiendo contender con el Pecado, y todos los hermosos colores
y alegres canciones y el obsequiarnos los unos a los otros regalos diversos, y
las celebraciones familiares y los buenos deseos, solo nos recuerdan la razón por
la que El vino hace 2000 años a conocernos personalmente, porque El nos ama, y
continua derramando su amor en nosotros , y con su venida, El abrió la puerta
al cual es el Milagro más grande del Mundo, el pasarnos de las tinieblas a la
luz, regalarnos la vida eterna y adoptarnos como sus hijos.
Y ese glorioso amor, contagia a
todos en la época navideña, inclusive a aquellos que han escogido pretender, ignorar
el hecho de que todo el gozo y la celebración y la buena voluntad y los
regalos, todo es acerca de Él y de su
visita a la tierra hace 2000 anos.
Muchos cristianos prefieren rechazar
esta celebración como pagana, Yo prefiero verla como una oportunidad para
celebrar el aniversario del día en que Dios vino a la tierra a visitarnos, en
forma de hombre, el día en que ocurrió El Milagro más Grande Del Mundo.
Rev. José A. Luna
Siervo y amigo de Jesucristo!
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